Antonio Calderón compareció ayer ante la prensa con un semblante menos tenso que otras ocasiones. Se ve que lo de Salamanca se va olvidando y que existen las mejor perspectivas para el choque de mañana. Así lo entiende el técnico y así lo refleja en sus palabras.

Lo primero fue repasar la semana de entrenamiento, que calificó de "buena, como todas". "Se ha trabajado bien a pesar del viento. La gente está con ganas", resumió el sentir del vestuario. También fue claro al no ocultar lo que había probado en el terreno de juego algunos minutos antes. "Es muy probable que el equipo que se ha visto sea el que juegue el domingo. Hoy (por ayer) nos hemos decidido tras aclarar y despejar algunas dudas", matizando después que las mismas correspondían a Raúl López y Enrique en lugar de Gonzalo Vicente y Kosowski, respectivamente. En este sentido, profundizó para explicar que "Kosowski está bien para estar de inicio, pero no creo que aguante todo el partido".

Seguidamente, apeló a la variación de la forma de jugar apuntado que "los sistemas dependen de los jugadores". "Valen todos. Hoy (por ayer) lo teníamos claro y en fútbol nos conocemos todos. Por eso se ha entrenado a puerta abierta".

Calderón avisó del peligro que entraña el encuentro. "Sabemos que será muy complicado. Llevamos dos partidos sin perder y también sin ganar", indicó antes de detallar algunos aspectos sobre el Alavés: "Ellos, sin Astudillo, pierden fuerza y empuje en el centro del campo, pero es un equipo peligroso que tiene gente rápida y con calidad". Igualmente, reiteró la intención que tienen para la cita de Carranza: "En casa siempre hemos jugado a ganar y quizá no hemos tenido suerte. Lo que está claro es que no hay que bajar los brazos hasta el final. La Segunda División A está muy igualada y los equipos que están arriba son los que menos errores están cometiendo", concluyó.