domingo de pasión | Pregón de la semana santa de 2018

Un pregón desde la esencia de la Chiclana más cercana

  • José Manuel Lechuga anuncia la Semana Mayor con una sentida intervención desde lo más profundo de sus recuerdos

  • El pregonero recurre a sus vivencias y conecta con un numeroso público que llena el Moderno

Vivencial, sincero y cercano. Con esas palabras definía en la previa José Manuel Lechuga lo que quería que fuera su intervención en el Pregón de la Semana Santa, y lo cumplió. Una disertación cargada de recuerdos, de referencias a lo que fue y a lo que marcó lo que hoy es y compartida desde el interior. Un pregón que tampoco estuvo exento de momentos emotivos ni de reivindicaciones personales, demandas que, a juicio del pregonero, harían a la Semana Mayor y a sus hermandades aún más grandes. Un pregón en el que Chiclana fue la otra gran protagonista, presentándose siempre lo cofrade desde lo chiclanero, como es inevitable cuando el protagonista lo es por su vinculación a la tierra y al pequeño rincón del mundo desde el que está hablando.

Antes de comenzar, fue Jesús Romero el elegido para que presentara al pregonero, amigo desde la infancia y conocedor en profundidad del encargado de anunciar la Semana Mayor, del que destacó su conocimiento y cultura, así como su pasión, que lo capacitan para hablar tanto desde la "frente como desde el corazón de aquello que sabe y de aquello que ama", dijo.

Algunas de sus mayores devociones, como el Nazareno, tuvieron un lugar destacado

Como no podía ser de otra forma, fue el Nazareno el protagonista de las primeras y las últimas palabras del pregonero, imagen a la que rinde devoción desde hace décadas y a la que ayer dedicó algunos de lo momentos más sentidos y sinceros de su intervención.

También tuvo palabras nada más comenzar para otra de sus devociones, la Virgen del Carmen Atunera, en cuyas referencias se dibujaba ya el claro matiz chiclanero que tendría toda su intervención, enmarcando este momento en una charla con Andrés Ariza, hermano mayor de la corporación carmelita, sobre Sancti Petri y sus rincones, los botes de madera, el olor de la brea de las redes, del caño y de las mareas.

La Patrona fue otra de las imágenes a la que encomendó en los inicios, trayéndola a un lugar preferente de su pregón, como también lo hizo con Francisco Vela, 'Paco el Chícharo', "eterno hermano mayor de la Virgen de los Dolores", como lo definió.

Y tras ello, más de Chiclana, su "inagotable amor", palabras en las que pudieron verse reflejados muchos de los allí presentes al traer hasta el escenario del Moderno sus calles, sus olores, sus memorias y sus recuerdos, un sinfín de sensaciones y añoranzas que transportaron al auditorio a su infancia y a lo más chiclanero de cada uno.

Fue tras rendir obligada pleitesía a sus debilidades en forma de "prosa poética andaluza", como él mismo la definió, cuando José Manuel Lechuga dedicó un momento de su intervención a cada una de las corporaciones de la localidad, teniendo para todas su especial visión de lo que son y de lo que han sido en la más o menos intensa experiencia que ha vivido con cada una de ellas.

Y como no podía ser de otra forma, también dejó el pregonero momentos para sus demandas, sus reclamaciones más personales y para las reivindicaciones que, a su parecer, ensalzarían aún más la Semana Mayor chiclanera. Una nueva cofradía en ciernes que debe ser una realidad en breve como el Perdón, una hermandad consolidada en La Banda, con una salida digna, con garantías y con continuidad para las Angustias, silencio solemne tras el paso de su Jesús Nazareno o 24 chiclaneros que porten al Santo Entierro fueron algunos de los deseos que el pregonero dejo caer a medida que avanzó su pregón.

Desde la debilidad y la fragilidad de la llama de un cirio del palio de los Dolores Nazarena, con la que comparó su fe en ocasiones, a la alegría y esperanza del Domingo de Resurrección, la misma que un día llegará al escalón de su casa en la calle La Vega para permitirle volver a encontrarse con sus recuerdos, el pregonero cumplió su palabra de desnudarse en un pregón que caló en muchos de los allí presentes, un numeroso público que prácticamente llenó el patio de butacas del Teatro Moderno y ante una representación de las autoridades religiosas y civiles. Entre ellas estuvo el arcipreste de la ciudad y director espiritual del Consejo Local de Hermandades y Cofradías, el padre José Manuel Daza, el quinto teniente de alcalde y delegado municipal de Educación y Medio Ambiente, Joaquín Páez, como único representante del equipo de gobierno al encontrarse el alcalde, José María Román, y la delegada de Cultura, Pepa Vela, en la ciudad hermana de El Astillero (Cantabria) por los actos del 25 aniversario del hermanamiento entre ambas localidades, así como otros concejales de la Corporación municipal compañeros de partido del pregonero, y el presidente del Consejo, Juan Rodríguez Tenorio, junto a los hermanos mayores de las hermandades y cofradías.

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