por la banda

¡Ya está aquí, ya llegó!

Y no es el ángel anunciador de 'El Belén según Semire' (by Morera & Company). Ya estamos en el 'Doce' (me abstendré la rima binguera) y parecía que no llegaba. Pensábamos que este Concurso iba a ser diferente y por lo menos en lo que llevamos "na de ná!", como dijo el sábado en su repertorio la chirigota de Manolín Gálvez. Bueno sí, por lo menos se ha hecho justicia homenajeando a El Tío de la Tiza. El Doce está aquí y como todos los años durante un mes y medio tendremos el FALLA RECUPERADO para el Carnaval!!! ¡Qué me gusta una recuperación...!

Durante 27 días, 131 grupos darán aires de libertad con tangos, pasodobles y parodias. Los aficionados congregados en el teatro serán testigos de los numerosos talleres y conferencias de coplas que los "indignados febreriles" denunciarán: la crisis, Urdangarín, Patronato y política. Muchos de estos protagonistas podrán difundir a través de los medios el por qué de sus letras. Tribuna privilegiada.

Un jurado en plan policía irá "invitando" mediante acta a que los grupos vayan saliendo a la siguiente fase o para casa del tirón. Pero el día 17 de febrero, todos tendrán que desalojar el Falla de manera pacífica, como siempre debiera ser y concentrarse en las calles de la ciudad para seguir desgranando sus ideales mediante panfletos y libretos.

Pero estos "indignados" saben cómo atraer al ciudadano de a pie: en un pasacalle a ritmo del 3x4. Una vez que el aficionado los escucha, los ideales de estos se propagan de boca en boca y son colgados en Youtube para delicia de todo el Mundo mundial.

A los que se encerraron en el Falla, se le suma unos "indignados callejeros" que con arte, orden y espontaneidad, aumentan los gritos de libertad de expresión e indignación de una sociedad que hace del carnaval el parlamento del pueblo, la estela de una Constitución de Libertad.

Su grandeza es que sus manifiestos y reivindicaciones se hacen con ironía e ingenio y no recibe censura de los gobernantes o de la autoridad competente; son estos lo que reciben los "palos" de manera pacífica.

Y a finales de febrero acaba el desalojo, acaban las reivindicaciones, pero no paran las cavilaciones: piensan en otros manifiestos, piensan en sus vestuarios, piensan en la manera de expresar su ingenio, en la forma de despertar al pueblo (en este caso aficionado) y amenazan con volver a indignarse en el Falla el próximo año. Entonces se terminará la "indignación" de los carnavaleros y carnavaleras pero seguirá la de los que salieron a la calle desde el pasado mes de Mayo que continuarán luchando por la consecución de sus ideales. ¡Deseo que lo consigan!

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