Carnaval

Las coplas ya son Patrimonio de la Humanidad

  • Las agrupaciones son las que se han encargado desde siempre de difundir la principal fiesta de la capital, llevando sus repertorios a aficionados de los lugares más dispares

La declaración del Carnaval de Cádiz como Patrimonio de la Humanidad si llega a buen puerto la iniciativa de la Asociación de Autores, que ya cuenta con el respaldo de las administraciones implicadas en su tramitación, no haría más que confirmar algo que en la práctica ya han conseguido las agrupaciones, sus principales protagonistas, que desde siempre han llevado sus coplas allá donde han existido aficionados a una tradición que ha superado todo tipo de obstáculos y nacida en la ciudad en la que se consagró la libertad de expresión.

Sin ir más lejos, el pasado sábado dos de las agrupaciones premiadas del pasado Carnaval, la comparsa 'La comparsa de Momo', de Francisco Javier y David Márquez Mateos, los hermanos Carapapa, con dirección de Guillermo Cabaña Olmo, y la chirigota 'Las pito-risas', de Lolo Alvarez Seda y Enrique García Rosado, Quique Remolino, con Julio Alvarez García al frente, participaron en la duodécima edición del "Carnaval de Cádiz en Loja", un festival que organiza el Área de Fiestas del Ayuntamiento del municipio granadino y en el que también estuvieron la comparsa gaditana 'Doce templos', de Francisco Javier Ramírez Comino y dirección de Jesús Mendoza Peña, un jovencísimo grupo que no tuvo suerte en el pasado concurso del Falla y que en el lojeño obtuvo el premio al mejor pasodoble, así como la chirigota de la localidad 'Este año me coloco', que allí logró el primer premio.

Los dos primeros premios de la capital gaditana compartieron para el desplazamiento a la "Flor entre espinas", como se conoce al municipio del Valle del Genil, un autobús de la empresa Andaluces, que a las seis y media de la tarde zarpaba de la glorieta de Carlos Cano, en el antiguo Hospital Mora, dejando atrás la apetecible playa de La Caleta.

Las gafas de sol predominaban entre los componentes de la chirigota de Quique Remolino, que la noche anterior habían celebrado la despedida de soltero de José Luis Obregón, mientras que los de los Carapapas comentaban la preparación de la de Pizarro, su postulante, y preguntan con ironía a Fernando Casas El Bati, con atuendo veraniego, si iba a Matalascañas.

En la Avenida un par de paradas para recoger a los de Puertas de Tierra, aprovechándose la última para proveerse de hielo, bebidas y bocadillos, y continuar hasta San Fernando donde, frente al monumento a Camarón, esperaban Quique Remolino y otros integrantes de ambos grupos.

Son las siete y media de la tarde y Joaquín, el chófer habitual de los desplazamiento, anuncia que quedan una cuatro horas para llegar a Loja. La impugnación del Cádiz al encuentro del Hércules centra las conversaciones, a la espera de escuchar por la radio el Holanda-Rusia, y suenan las primera coplas.

Son las diez menos cuarto de la noche cuando la expedición se detiene en el restaurante El Caserío, a la entrada de Aguadulce (Sevilla), en la A-92, para que Javier sustituya al volante a Joaquín, estirar las piernas y tomar un tentempié, entre comentarios sobre la evidente buena salud de una de las camareras.

Cinco minutos antes de las once y media de la noche se llegaba a Loja y ambos grupos se dirigen al colegio El Caminillo, cuyo patio acoge el festival, en el que ya estaba concluyendo su actuación la comparsa gaditana 'Doce templos', con sus tipos de druidas, sacerdotes de la religión celta, pasando a continuación por el escenario la chirigota local 'Este año me coloco'.

Los componentes de ambos grupos usan los móviles para comunicar a sus familiares que ya han llegado a Loja y pasan al salón de actos del centro escolar, convertido en camerinos para la ocasión, y luego posan para los aficionados.

A las doce y media de la noche actúa la comparsa de los Carapapa, con la que el público canta sus letras, entre ellas el pasodoble de la chirigota 'Napoléon, Pepe Botella y vámonos con ella', uniéndose al grupo Quique Remolino y Sergio Muriel, con sus tipos de 'Las pito-risas', el grupo que cerró el festival y al que los presentes hicieron la introducción de los pasodobles.

Son las dos y media de la madrugada cuando el grupo cerraba su actuación con el pasodoble alusivo a su equivocación en la final del Falla. Ovación, más fotos, a cambiarse y de nuevo al autobús. El cansancio supera a las copas y a las coplas y entre cabezada y cabezadas se llega al alba y a San Fernando, donde a las seis y media se bajan los cañaíllas y los residentes en La Isla.

Minutos después El Bati se baja frente al Carmen , donde coincide el autobús y una furgoneta de reparto de La Gloria conducida por David Bermúdez, bombo de 'Las pito-risas', al que el trabajo impidió desplazarse. A las siete, fin de trayecto en La Caleta.

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