El pelotazo

Normas

TODO concurso tiene sus normas. Puedes estar de acuerdo con ellas o no, pero si te inscribes en el concurso las acatas. Si no estás de acuerdo con ellas, lo ético y lógico sería no presentarte. No hay más. No se trata de recorte de libertades. Toda norma corta cierta parte de tu libertad pero se aplican por el bien de una comunidad antes que el individual. Es decir, a ti te apetecería poder conducir tu coche a 170 en una autopista, pero Tráfico dice que nones. ¿Es España por eso un país menos libre? Puede que sí, pero es así y, de momento, es lo que hay.

El concurso de agrupaciones del Gran Teatro Falla es el mejor del mundo en su categoría y, como, tal, se puede permitir el lujo de poner las normas que crea conveniente para garantizar la calidad. Comprendo que haya grupos a los que se les ponga entre la espada y la pared pero, hijos míos, la norma es la norma y el que se la salte debe pagar las consecuencias de sus acciones.

Rafa Nadal es muy amigo de jugar con camisetas de colores, para que la marca deportiva que lo viste venda muchos ejemplares de ese muestrario. Pero el Torneo de Wimbledon obliga a los jugadores (por una tradición centenaria) a vestir de blanco inmaculado en dicho torneo. Y todos los tenistas de la ATP lo acatan, y no solo no se mosquean sino que firmarían ganarlo pese a esas condiciones. Si a Rafa Nadal le coincidiera Wimbledon con el Open de Manacor, su ciudad natal, ¿les cabe alguna duda de donde jugaría? Lo que no se puede es jugar a dobles barajas.

En lo único en lo que no estoy de acuerdo con el jurado es con el tema de permitir a las agrupaciones "saltarinas" de normas volver a cantar para descalificarlos inmediatamente después. Para eso, que se ahorren el viaje desde sus localidades.

Yo, personalmente, veo bien la norma. El concurso de Cádiz es al Carnaval lo que La Maestranza a los toros o el Musikverein de Viena al Concierto de Año Nuevo: lo mejor. Y como tal, lo que se presente aquí debe estrenarse aquí. Y punto.

Si alguien toma esto como que Cádiz coarta libertades, se equivoca. Esta ciudad siempre ha recibido al foráneo con los brazos abiertos. Incluso ahora hay quien se queja de que los foráneos han desplazado al gaditano en el teatro, en las tablas del Falla, etc. Creo que la famosa norma no es xenófoba ni anti-provincias.

Las normas a veces nos duelen hasta a los propios gaditanos. Para el Antifaz de Oro te piden ahora 25 años, cuando otros grandes autores lo tienen (de manera merecidísima, por cierto) con 15 años de presencia. Esto significa, por ejemplo, que si Antonio Martínez Ares no vuelve a sacar nada más se quedaría sin Antifaz de Oro. ¿Justo?. No, pero son las normas.

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