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Bendición de dios

Homenajes o concurso

QUE el Carnaval gaditano es un periodismo cantado lo sabemos todos, y es de todos conocido las distintas comparaciones efectuadas con la crónica, de los últimos cien años, que han realizado nuestras coplas. Volver a recordarlo en estas páginas podría parecer innecesario, si bien a modo de introducción no estaría de más tener en cuenta algunas premisas periodísticas.

Si analizamos los contenidos copleros hasta los años 80, comprobaremos como aparecen en ellas todos los temas posibles, la actualidad nacional, local y mundial, han tenido fiel reflejo en nuestras composiciones, sin necesidad de enviados especiales, corresponsales ni agencias.

Pero en los últimos años se han empeñado en ser noticia, por encima de las noticias verdaderas, que son las que demandan el patio de butaca, los homenajes a nosotros mismos, con razón ya nos llaman "san pa mí", o sea que nos lo guisamos y nos lo comemos,y nos lo cantamos.

Y no es raro escuchar como las agrupaciones se dedican unas a otras piropos, halagos, felicitaciones, improperios y ofensas etc. Es un derroche de imaginación imperdonable que propongo desterrar para siempre.

En los temas a tratar debería reflejarse la realidad social y humana, y ejercer de "contador de historias", querer ser protagonista es aburrir a la clientela.

En los últimos tiempos la cultura musical de nuestro pueblo ha posibilitado que se incorpore a los carnavales melodías de calidad, que aunque carente de brisa gaditana, ha logrado embaucar a muchos entendidos y profanos, que dormidos en las sábanas de sus notas se han rendido en un sueño profundo, como para no captar la de "hojana" que brota con profusión, al leer fríamente las páginas de algún librote.

Los profanos musicales como yo no distinguimos con facilidad las agresiones a las sintaxis gramatical, ni los atracos al lenguaje entre la vocalización de algunos grupos, y la precipitación de las masas al aplaudir sin esperar a escuchar el remate del tango o pasodoble, me quedo en blanco, en mi agenda de "jurado particular".

Un ejercicio de humildad sería una buena receta para dejar escrito el periódico carnavalesco de este siglo. Y veríamos que buenos pasodobles nos salen. Picha.

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