ser o no ser

¿Antifaz o Antifaz-cismo?

AUNQUE al final se consiguió el Antifaz de Oro a Título Póstumo para el Tío de la Tiza, parece que le decisión no ha estado exenta de problemas. En el Sanedrín de Fariseos Carnavaleros parece que ha habido gente, según cuentan, que discutía la decisión alegando que el Tío de la Tiza no cumplía los requisitos de los 25 años. Lo más grande es que seguro que los que discutían el Antifaz para el señor que sentó las bases del Tango y dejó para la historia composiciones míticas tienen un currículum de mediocre para abajo, con la única virtud de habernos torturados con ellos 25 años o más. Para que lo entiendan: es como si el Tato Abadía del Logroñés discutiera el Balón de Oro para Pelé. Esto es lo de siempre. Flipo, señores. ¿En qué manos hemos dejado esto? El Antifaz de Oro está perdiendo la esencia, se lo aseguro. Para empezar, habría que distinguir entre dos tipos de antifaces. Ahora se premia, en primer lugar y con condición sine qua non, los 25 años y luego se mira el resto. Está muy bien eso de premiar a los más currantes y no seré yo quien diga que no se les premie, pero ya es hora de que se cree el Antifaz Honoris Causa, además del actual Laboris Causa. Sencillamente porque hay gente que en diez años, o menos, aporta al Carnaval más que otros en toda una vida. Discutir un Antifaz de Oro para figuras del Carnaval como El Tío de la Tiza o El Peña (¿Cuándo se reparará esa injusticia?), ente otros, es de envidioso, inepto, ignorante y dañino para nuestra fiesta y, por tanto, merece ya un cosqui para quitarlo de en medio en esta toma de decisiones. Vamos a dejarnos ya de capulladas integristas de 25 años y la madre que los parió. ¿Cuántos de esos que ahora discuten los años necesarios se llevaron el Antifaz de Oro con menos de los que se exige ahora? ¿Se lo quitamos entonces?. Venga ya, hombre, por favor. Leer noticias de estas en la prensa produce un asco tremendo porque esto se nos está yendo de las manos. Martínez Ares, El Peña, Emilio Rosado y el Gómez son algunos ejemplos de lo que se puede aportar al carnaval en menos de 25 años, de Teatro oiga, no hablemos de calle. Lo que pasa es bien sencillo, no se crean. El mediocre no tolera que el talento de otros lo eclipse y busca todas las barreras posibles para que lo que él luce en la solapa no lo lleven también los genios de esto. Al igual que Salieri, en la película Amadeus, se empeñan en poner todas las trabas del mundo para que los Mozarts de la fiesta no figuren más de lo necesario. Vano intento, pues lo conseguirán solo a nivel de títulos, porque los nombres de estos señores perduran mucho tiempo, hasta después de muertos, mientras que el de ellos se pudrirá, con su Antifaz en su solapa, en el lago del olvido con el paso de los años.

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