El año en el que María del Carmen Sebastianes comenzó a estudiar la carrera de Medicina, en la Universidad de Granada, fue noticia que el 30% de los nuevos alumnos del curso eran mujeres. Hasta ese momento nunca se había alcanzado esa cifra.

Era 1969. A partir de entonces no hubo marcha atrás. Ni en Granada ni en aquellas capitales donde existían facultades de Medicina, como Cádiz.

Hoy, ronda el 70% de mujeres estudiando para ser médicas, y hoy, también por primera vez, el número de colegiadas en el Colegio Médico de Cádiz supera al de colegiados.

María del Carmen Sebastianes llegó a Cádiz en 1987, siempre implicada en la sanidad pública. Ahora juega un papel relevante dentro del equipo directivo del Colegio Médico, donde ocupa la vicepresidencia primera.

Activa profesional, aún ya jubilada, es una profunda defensora de los derechos de las mujeres y de los derechos laborales de éstas.

Recuerda, durante una conversación con este diario, que nunca encontró diferencia de trato entre hombres y mujeres durante los años de carrera ni cuando entró a trabajar en el Hospital Puerta del Mar.

Sin embargo, sí matiza que todo cambia, por lo menos una parte, cuando entramos en todo lo relacionado con los ascensos laborales y el acceso de la mujer a los puestos de jefatura.

La difícil igualdad laboral

Aquí reconoce que la igualdad laboral "es más complicada de conseguir. No es tan fácil como cuando se estudiaba. Es cierto que se ha trabajado, que se ha conseguido mucho y se ha avanzado en esta materia, pero queda muchísimo por lograr. Para nosotras sigue siendo complicado, y obligado demostrar nuestra eficiencia en el trabajo", para así intentar optar por un puesto de mando.

Se entra de lleno "en la competitividad", y aquí aparece la educación tradicional de la mujer, "con un determinado rol como era, y en parte es, casarse y tener hijos por lo que se veía con normalidad lo de abandonar la carrera profesional", en la que se habían invertido años de estudios.

Recuerda el tiempo en el que no se buscaba una conciliación familiar, y la búsqueda de una igualdad de derechos era más un deseo que una realidad.

Hoy, a pesar del avance de la sociedad y la llegada de infinidad de leyes en defensa de los derechos de la mujer, María del Carmen Sebastianes tiene claro que sigue existiendo esta brecha entre la mujer profesional y el hombre profesional. Sigue existiendo la norma del cuidado de los hijos y de la familia que cae sobre la mujer en la inmensa mayoría de los casos.

"Todo ello porque no se quiere aprovechar el talento (de estas mujeres), que se ven obligadas a abandonar el mercado laboral", constata.

A la vez que reconoce el avance en estos derechos, también deja claro que este ha sido “más formal que real”.

"Hay muchas leyes a favor (de la mujer y su derecho al trabajo y a la conciliación familiar), pero la realidad es que hay que educar a la sociedad. El hombre tiene claro que tiene derecho a un puesto de trabajo; pero la mujer también lo tiene", asevera la vicepresidenta del Colegio de Médicos.

La brecha salarial 

Los problemas para seguir adelante en la profesión elegida no es el único handicap de la mujer en el mercado laboral. La brecha salarial también afecta de lleno a buena parte de este colectivo. Y en la sanidad tampoco se libran, reconoce Sebastianes.

"La brecha existe y eso me duele. Y buena parte de esa brecha se concentra en las mujeres que asumen reducir su jornada laboral para cuidar a sus hijos y ganar menos". Constata que ellas son el colectivo más vulnerable y que las leyes de igualdad deben meterse de lleno en las propias casas, en las familias, "y que la sociedad entienda que la conciliación es importante".

Aunque a priori deberíamos de vivir en una sociedad más avanzada en todo lo relacionado con la igualdad laboral y en los derechos de la mujer, tras el desarrollo de la educación y de la democracia, hay datos que nos hacen ver que, por el contrario, hemos retrocedido.

El ejemplo más claro, y doloroso, hace referencia a las agresiones que sufre el personal sanitario de parte de pacientes o sus familiares.

Aquí menciona la vicepresidenta del Colegio de Cádiz, que "el porcentaje más elevado de hombres agresores se sitúa en edades inferiores a los 40 años". Buena parte de estos sanitarios lesionados son mujeres que ejercen su profesión en los centros de salud y son de mediana edad. Hay, así, una postura clara de superioridad por parte de estos agresores, un menosprecio por la labor y la capacidad profesional de las médicas.

El incremento de colegiadas en la institución gaditana se está notando ya en los puestos directivos de la institución. Ya ocupan más del 40% de estos cargos, siendo mujeres las que están al frente de las delegaciones territoriales del Colegio en Cádiz, Jerez y Campo de Gibraltar, y siendo mayoría en la comisión deontológica.

Sebastianes defiende la "medicina de calidad donde se aplique, tanto en la pública como en la sanidad".