Cádiz

Una convivencia ejemplar

  • San Felipe Neri homenajeó ayer a los abuelos de los alumnos de Infantil y primero y segundo de Primaria por su dedicación a sus nietos y su colaboración con el colegio

Tienen 25 nietos y viene otro en camino. El matrimonio formado por María Julia Delgado y Luis Cortés acudió en la mañana de ayer al colegio San Felipe Neri, donde cursa primero de Educación Primaria su decimonoveno nieto, Pablo Maura Cortés.

Ellos fueron dos de los más de 420 abuelos -de menores matriculados en Infantil y Primaria en este centro- que asistieron a la convivencia organizada por la dirección de San Felipe Neri con el propósito de agradecer a estos segundos padres su colaboración con la escuela marianista. Así lo hizo saber el director, Javier Anso, durante la ceremonia que se celebró en el salón de actos.

Un salón de actos abarrotado en el que, además del saludo y las palabras de gratitud de Anso, recibieron las felicitaciones del director de Infantil y Primaria, Eduardo Castellanos, y de la presidenta de la Asociación de Padres de Alumnos, María del Carmen de Lara. "Gracias por la ayuda que prestáis a los padres en la tarea de educar a sus hijos. Sabemos que podemos contar con todos vosotros", les sonrió esta última antes de que las luces se apagaran y se activara el recuerdo con ayuda de la proyección de numerosas imágenes pretéritas de la capital gaditana.

Las fotografías de la desaparecida plaza de toros y de las también extinguidas casetas de la playa Victoria emocionó a más de un mayor, aunque nada comparable con la feliz emoción que sintieron al ver a sus nietos en su aula. "Se ha puesto como loco el tío cuando nos ha visto. Nos ha sonreído primero y luego se ha tirado a mis brazos", revivió minutos después de ese encuentro Luis Cortés, en compañía de su esposa y su consuegra, Pilar Campos. Esta señora resaltó el trato constante y directo que tenían con sus nietos, un comentario que aprovechó Luis para recalcar que los verdaderos educadores de los pequeños deben ser sus padres y sus abuelos. "La educación que reciben de sus profesores es una educación complementaria. Debe serlo", defendió.

Otra abuela, María del Carmen Rengifo, deseó entre risas el orden que había visto en el aula de su nieto de cuatro añitos, Miguel Ramos, para su casa cuando el pequeño pasa por ella. "Parece que Miguel es más responsable en el colegio", volvió a reír.

La visita de los abuelos a las aulas se completó con la ceremonia en el salón de actos y un desayuno con chocolate caliente y churros en el patio del colegio. Durante el mismo, María del Carmen Rengifo y su consuegra María Teresa Grosso compartieron conversación y una misma opinión sobre esta iniciativa: "Es estupenda. Nos ha encantado ver a nuestro nieto en su clase junto a sus compañeros", apuntó Grosso.

La experiencia también fue muy gratificante para María José Sotelino, venida expresamente desde la capital hispalense para ver a su pequeño Luis, alumno de primero de Primaria. "Me llamó por teléfono mi nieto hace unos días y no pude negarme...". Junto a ella desayunaban otras tres abuelas a las que acababa de conocer. Dos de ellas, Rosa María Casas y Ana Vega, ya se conocían de encontrarse, años atrás, por los pasillos del colegio Las Carmelitas. Aunque tanto el padre de Rosa María Casas, como su hermano, sus dos hijos y ahora su nieto Iván Barrera han estudiado en San Felipe Neri. "Este centro es como una segunda casa para mí, porque aunque yo no estudié aquí he pasado y paso muchas horas en sus instalaciones ya que soy catequista desde hace 28 años y colaboro mucho con el centro".

A esta conversación siguió otra iniciada por la cuarta abuela, Ana María Rey, quien aseguró que desde que su "niño" Miguel Ángel Gómez, de tres añitos, cumplió los cuatro meses vive con ella de lunes a viernes. "Es como si hubiese sido madre de nuevo. He revivido la maternidad con mis nietos, y reconozco que me han dado ilusión. Cuando mi niño se va los fines de semana con sus padres le echo muchísimo de menos".

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