Sentencia de La Manada

"Dejaron de grabar cuando la víctima dijo no"

  • Expertas gaditanas realizan un análisis criminológico de la sentencia de La Manada dentro del ciclo de conferencias Sin Tabúes de la Fundación de la Mujer

De izquierda a derecha, Julia Cano, José Carlos Vera, María Acale y Virginia Alonso.

De izquierda a derecha, Julia Cano, José Carlos Vera, María Acale y Virginia Alonso. / FITO CARRETO

Violación. No abuso. Las tres expertas que ayer realizaron un análisis criminológico de la sentencia de La Manada -dentro del ciclo de conferencias Sin Tabúes que organiza la Fundación Municipal de la Mujer- coincidieron en señalar que en este caso hubo agresión sexual, hubo un contexto intimidatorio de superioridad numérica, de disparidad de fuerzas, de desigualdad y prevalimiento de cinco hombres frente a una mujer. María Acale, catedrática de Derecho Penal de la Universidad de Cádiz, Julia Cano, doctora en Medicina y especialista en Psiquiatría Legal y Forense, y Virginia Alonso, fiscal en Cádiz especializada en Protección y Tutela de las Víctimas en el Proceso Penal, aunaron puntos de vista desde sus diferentes ámbitos de trabajo para concluir que, efectivamente, la víctima de La Manada fue violada.

"11 penetraciones en 20 minutos", contabilizó María Acale en su intervención. "Ellos, esos sujetos, sí que tuvieron consentimiento para esa barra libre de sexo" que se despacharon "ante el bloqueo y la paralización de la denunciante", que se vio inmersa en un contexto de "intimidación ambiental" que la sentencia, sin embargo, rechaza (aunque habla de "atmósfera coactiva").

María Acale abordó el "excesivo brillo" que han tenido las grabaciones en este procedimiento y lanzó la siguiente reflexión: "Los vídeos fueron grabados interesadamente, es decir, los miembros de La Manada grabaron lo que ellos querían que se viera. Algo tuvo que pasar para que dejaran de grabar. Bajo mi punto de vista, lo que pasó es que la víctima dijo no", ese 'no' tan cuestionado en este caso y cuya ausencia ha motivado un debate jurídico que ha reabierto las puertas a una posible modificación del Código Penal sobre los delitos sexuales.

"La joven se vio agazapada, acorralada y gritando". Esta frase, que no aparece en los hechos probados de la sentencia (sino en los fundamentos de derecho), pone de manifiesto "la falta de consentimiento por parte de la víctima", insistió la catedrática, que calificó la resolución judicial de la Audiencia de Navarra como "mal escrita y mal estructurada". "La sentencia -dijo- tiene trampa. No ha hecho Justicia. Ha hecho ingeniería judicial" para encajar los abusos y no la agresión sexual.

De otra parte, Julia Cano, psiquiatra forense, explicó que "el depredador existe", aunque "la mujer posee un sentido instintivo para identificarlo y desterrarlo. Ahora bien -advirtió- hay que tener encendido dicho sentido". En este punto, Cano hizo hincapié en la necesidad de extremar precauciones ante este tipo de delincuentes.

La especialista manifestó su respeto a los magistrados y a sus decisiones y resaltó cómo los ciudadanos nos convertimos en jueces (sobre todo en asuntos tan polémicos como el de La Manada) sin tener conocimientos en la materia. "¿El ciudadano quiere Justicia o venganza? Yo huelo a venganza", expuso Cano al auditorio.

La última en intervenir, la fiscal Virginia Alonso, señaló que la sentencia del tribunal navarro "no es justa, pero tampoco firme". Alonso llamó así a la calma dentro de la tempestad que ha provocado el caso de La Manada. "Esta resolución es la primera de las tres que pueden ser dictadas", aseveró la fiscal, pues confía en que prospere el recurso ya presentado ante el Tribunal Superior de Justicia de Navarra y en el que podría plantearse ante el Supremo. "Gente incompetente hay en todas partes. Lo que hay que hacer es utilizar las vías disponibles [en alusión a los recursos] para frenar esa incompetencia. Hay que bajar a pie de obra y trabajar para conseguir la resolución esperada", concluyó.

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