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En tránsito

eduardo / jordá

¿Injusticia o desorden?

UNA de las cosas más sorprendentes que nos han ocurrido, en estos años de crisis y desvergüenza generalizada por parte de nuestras élites sociales y políticas (basta recordar las tarjetas black), es que la izquierda no haya sido capaz de ganar holgadamente unas elecciones. Si lo pensamos bien, no ha habido una coyuntura más favorable en los últimos 20 o 30 años: los casos obscenos de corrupción en el PP, la convicción de estar viviendo en una sociedad mucho más injusta, la angustia por un empleo cada vez más precario y difícil de conseguir, y miles de circunstancias más, todas igual de hirientes. Pero entonces, ¿cómo es posible que la izquierda -el PSOE y Podemos- no haya sido capaz de ganar unas elecciones con mayoría absoluta? Es un misterio que debería preocupar a los politólogos, sí, pero también a los investigadores de fenómenos paranormales.

Porque lo curioso, lo que se está viendo ahora, es que el electorado se mueve más bien en sentido contrario: busca un cierto orden, una cierta continuidad. Es fama que Goethe pronunció una frase que se ha convertido ya en un tópico: "Prefiero la injusticia al desorden". Y de pronto, en este país tan poco dado a las sutilezas intelectuales, el electorado parece haberse vuelto goethiano. La injusticia es preferible al desorden; lo malo conocido se antepone a lo bueno (o caótico) por conocer.

Mi hipótesis es que el radicalismo antisistema de Podemos tiene una gran responsabilidad en todo esto. Por mucho que se disfrace de socialdemócrata, la cúpula de Podemos es leninista y tiene un concepto totalitario de la política. En Juego de tronos no existen los parlamentos ni las instituciones, sino la sed insaciable de poder y el ejercicio despiadado del poder. Y esto, nos guste o no, es lo que Pablo Iglesias entiende por política. Ese millón de antiguos votantes de Podemos que el 26-J cambiaron de voto o se quedaron en casa; esos cientos de miles de electores que votan al PP tapándose la nariz; esa prevención con que muchos ciudadanos miran los posibles experimentos económicos de Podemos: he aquí las razones de que la izquierda, en condiciones inmejorables, no haya sido capaz de hacerse con el poder. Y si lo hace ahora con un pacto in extremis de Pedro Sánchez, me temo que va a tener en contra a muchos más opositores que partidarios. Al tiempo.

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