EN el imaginario Como Barbie seré de las adolescentes de mi generación hay un nombre que reluce más que el sol: la agente Scully. Un papel que sirvió para abrir al gran publico el espectro de los roles femeninos más allá de la dependencia y de la afectación. Un Watson que se andaba entre probetas y que era mujer. Aquella Scully ha mutado en la agente Stella Gibson de The Fall, dura como el diamante. No pasa nada: La princesa prometida ha terminado mutando en Ms. Underwood. La vida. La magnífica actriz que es Gillian Anderson se ha convertido en icono de una campaña por un James Bond femenino. Desde luego, su Stella dispara, bebe y folla como un alfa de pro. Es, de hecho, un alfa de pro. El cartel de la campaña, con Gillian como "Bond, Jane Bond" es impactante: no chirría ni un resorte. Como no lo haría, por ejemplo, un suculento Idris Elba. Una ecuación en la que, quien no es mujer, es un morenazo. Vamos progresando.