Efecto Moleskine

Ana Sofía / Pérez / Bustamante

Aquel vivir del mar

Aurora Luque acaba de publicar una selección de poesía griega con el mar como nexo temático: Aquel vivir del mar. Era cuando el eje comercial vivía en el Mediterráneo, cuando el poeta Píndaro cantaba: "¡Salud! Este canto va a ti / surcando el mar canoso / a modo de fenicia mercancía". De eso hace ya mucho. Acabo de estar en Hamburgo y sorprende la diferencia entre las ciudades portuarias del norte de Europa, que viven del mar y mirando al mar, y una ciudad como Cádiz, que más parece que mirase al limbo. Claro que nuestro tráfico portuario anda menguado y la gestión política del puerto, sometida al PSOE sevillano, lo más que da de sí es arrendar suelo para un futuro gimnasio. En Hamburgo, en Bretaña, en Normandía... hay tiendas que viven de una línea de moda marinera. Aquí, lo más que se despacha, no siendo de Zara o Massimo Dutti, es el souvenir de delantal con volante de lunares. No existe una "marca Cádiz" (aparte del atún y el chocolate). De otro lado, no entiendo por qué hay que pagar 5 euros para subir al campanario de la catedral y 0 euros para entrar en el centro Gadir de la calle San Miguel. Yo no creo que el 'todo gratis' incentive no ya la industria cultural sino la propia cultura, y no veo por qué no se puede vertebrar un circuito arqueológico de pago que incluya la casa del fenicio, la factoría de salazones del Andalucía, la casa del Obispo y el teatro romano. Además, eso de que para entrar en el centro de la calle San Miguel haya que estar justo allí el día D a la hora H, para llevarse 2 entradas máximo por cabeza, es bastante incómodo si uno vive más allá de la calle Barrié. En todo caso nuestra riqueza, de momento, no va a venir del patrimonio cultural: para eso haría falta una demanda interna que vaya más allá del tótem tripartito Carnaval-flamenco-cofradías. Tampoco vendrá nuestra inmediata fortuna del turismo de calidad: para eso haría falta un glamour que solo genera el capital privado (y aquí se le tiene prevención). O los imprevisibles coqueteos del cultureteo fashion nacional (más partidario de la playa salvaje). Nuestra riqueza debería volver a venir por el puerto. Quizá sea un puerto USB. Tal vez haya llegado la hora de zarpar hacia Silicon Valley.

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