Turismo Cuánto cuesta el alquiler vacacional en los municipios costeros de Cádiz para este verano de 2024

Cuchillo sin filo

francisco Correal

Recaredo

DESCUBRÍ el nombre de José Álvarez Junco hace muchos años como autor de una edición de El proletariado militante, andanzas del anarquista Anselmo Lorenzo, una especie de Tom Sawyer de la utopía libertaria. En 2002 publicó un libro por el que recibió un importante premio de ensayo. Se titula Mater Dolorosa y es un estudio sobre la idea de España en el siglo XIX.

Empecé a releerlo el otro día. Faltaban 55 días para la fecha de la consulta soberanista, si es que se celebra. Me gusta esa cronología de dos meses menos cinco días con la que le hago un guiño a la película de Nicholas Ray, la primera que vi en mi vida. Un par de semanas después del Madrid-Barça, que no hay plebiscito sin aperitivo. La introducción del voluminoso libro de Álvarez Junco es una joya de la historiografía. De lectura obligada para ideólogos que no tienen ni idea.

El libro está lleno de sorpresas para el lector. El mito del apóstol Santiago o el propio concepto español como gentilicio de los nacidos en este país, objeto de tanto desdén y agravio, son productos inventados allende los Pirineos. La palabra español no nace en España. Dice Álvarez Junco que lo que esa palabra significa como unidad política y administrativa lleva vigente cinco siglos, algo insólito en un continente de fronteras tan movedizas.

Se pregunta Álvarez Junco por el nacimiento de una nación, palabra-trampa con el título de la película de Griffith. Y empieza a plantear hipótesis de esa nacencia: pudo ser la segunda guerra púnica, origen de la romanización del territorio a cargo de César y Augusto; la coronación de Recaredo; la batalla de Guadalete: la invasión musulmana como factor de identidad; la boda de los Reyes Católicos, alianza entre primos que falsearon la dispensa papal; la llegada del Gran Capitán a Nápoles; o la constitución de las Cortes de Cádiz, donde por primera vez se eleva un ¡Viva España! que sentencia la repulsa del invasor francés, el mismo donde se cocieron el mito de Santiago y el vocablo español.

Hay catalanes que ayer querían ser del Dundee United o del Celtic Glasgow, club escocés de los colores verdiblancos que adornan la legión de peñas béticas, desde Hospitalet a Vilanova y la Geltrú. España, obviamente, es la Mater Dolorosa que hace un curso acelerado de obstetricia porque uno de sus hijos más queridos quiere soltarse de su mano sin soltarse de su teta.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios