Turismo Cuánto cuesta el alquiler vacacional en los municipios costeros de Cádiz para este verano de 2024

Con la venia

fERNANDO / SANTIAGO

Pijerío veraniego

La llegada del verano a Cádiz no se observa por el calor, el levante, la playa, las barbacoas, el Carranza, la Terrazas o las chanclas de deo. El verano se aprecia por la llegada de los pijos . Unos vienen de Madrid, otros de Bilbao, otros de Sevilla , otros de Jerez y la transformación de la fauna local: unas bermudas, unos náuticos sin calcetines y un polito con el anagrama muy grande, de La Martina por decir una marca. Cómo iba a supone Yves Saint Laurent cuando diseñó esa camisa que iba a terminar sobre ese culito de panadero, en una remix de Los Ricos del Selu. Pijos de la Baja Andalucía, pijos de la capital del Reino, pijos del Bocho y alrededores. Pijos por todas partes, en los clubes náuticos de la provincia, en las fiestas de blanco, en los campeonatos de polo, jugando al golf o al pádel. En Sotogrande, la champions del pijerío. En Vistahermosa, la Europa League. En las carreras de caballos de Sanlúcar con los puños vueltos y la camisita por fuera. En el Novo Sancti Petri que es algo así como el nivel de torneo veraniego en pijolandia. La provincia se llena de pijos. Hay pijipis en Zahara y el Palmar, la morralla sevillana en Chipiona y los pijos viendo jugar al polo . Aunque en Sotogrande esté la máxima categoría del pajerío provincial veraniego no se vayan ustedes a creer que los politos de La Martina , de Backside o de Hackett London son comprados en la Milla de Oro de Madrid: la mayoría son de baratillo, chungos, para dos lavaos, pero sirven en las fotitos con que antaño nos ilustraba Ignacio Casas, el mayor especialista en pijos (¿pijólatra?¿pijólogo?) de la provincia de Cádiz.

A mí me fascinan las galas benéficas para recaudar fondos con destino a alguna noble causa. Esos pijos con la sonrisa profidén (¡dientes, dientes!) todos felices con su vaso largo en la mano mostrándonos que hay una vida más feliz ajena a las preocupaciones de los mortales. Siempre nos quedará hacer de camareros o de cadies de Cadi Cadi (que cantaban Los Sibaritas).

Cuando los pijos se vayan a sus casas o se quiten el disfraz volveremos al fragor cotidiano. Mientras tanto no protesten ustedes que da mala imagen para la provincia. Ya lo dijo Antonio Sanz.

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