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por montera

Mariló Montero

La hipótesis

LUEGO, nos fuimos a comer. Me refiero a lo de después del 27 de marzo de 2000. Los etarras le habían enviado esa misma mañana a Carlos Herrera la caja de puros donde se encerraba una bomba que, loados sean los cielos, no funcionó. Los dedos divinos tuvieron a bien deshacer lo que otros dedos cargados de odio habían pergeñado.

Con el paso de los años, a veces vuelve el sabor de aquella comida. Fue el almuerzo para celebrar que Carlos seguía vivo. Aunque no reconocí tal celebración en ese momento. Pero las digestiones, ya sabe, son lentas, algunas de décadas. Y ahora, con el tiempo, se digiere mejor la dentellada que a punto estuvo de darnos la vida.

Esta semana, un nuevo comunicado de ETA. ¿Cuántos van? No lo recuerdo. Tendría que ponerme a repasar la hemeroteca. Pero pongamos que ese comunicado, que habla de "cese definitivo de la lucha armada", signifique algo nuevo. Según esta hipótesis, ¿ya no habrá más cajas de puros? ¿No más secuestros, coches-bomba, tiros en la nuca, extorsiones, amenazas…? ¿El fin de la lucha armada es el fin del terrorismo, o piensan seguir practicándolo desarmados? Por cierto, ¿dónde están las armas? ¿Y cuántos etarras quedan?

En fin, en medio del revuelo de los analistas, que se han lanzado sobre la noticia con hambre de siglos, yo manejo otras hipótesis. Por ejemplo, ¿qué habría ocurrido si el ascensor en el que bajaba Carlos, con el explosivo en las manos, sabiendo ya que era una bomba, hubiese frenado bruscamente activando el fatal mecanismo? Mis hijos habrían quedado huérfanos comenzando apenas la adolescencia. "Se les habría quedado una imagen borrosa de mí", llegó a decir Carlos. Y yo, sinceramente, hoy por hoy, no habría sabido cómo explicarles ese retruécano etarra del cese definitivo y no sé qué más. ¿Cómo habría podido explicarles esta noticia a unos huérfanos? Me pongo en los ojos, por tanto, de todos los que han perdido a un familiar, o han sufrido secuestro y chantaje. Conocemos lo publicado en la prensa española e internacional, pero, ¿cómo han leído tantas víctimas y familiares de víctimas esos mismos titulares? ¿Con qué ojos empañados por la sangre y el dolor? Acaso a través de esos ojos, ¿dicen lo mismo las frases?

"El que sufre tiene memoria", nos dice el sabio Marco Tulio Cicerón. En la hipótesis que supone que esto es el fin de ETA, la primicia ha de entregarse al recuerdo de los que ya no están. Y también a los que han trabajado duro, dejándose muchos la vida, para que la factura mortal de los etarras no haya sido más cruenta y prolongada de lo que ya es. Recuerdo emocionada a Luis, a Carlos y a Carlos, tres infatigables que contribuyeron con sus desvelos a que, en efecto, mis hijos ahora sigan disfrutando de la preciosa e irremplazable presencia de su padre.

¿Cuántas personas han asistido a la noticia de este nuevo comunicado de ETA? No lo sé. Pero sí sé decir cuántos no la han visto: los 829 asesinados por la banda terrorista. Incluso en la hipótesis de que ahora vayan en serio, llegan tarde. 829 muertos tarde. 829 explicaciones que dar antes de que la hipótesis se convierta en teoría creíble.

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