Trazos, mal de archivos y unos pocos colores desconfiados. Palacio de los Condes de Gabia. Granada.

Un año más, la última promoción de los alumnos de la Facultad de Bellas Artes de la Facultad granadina patrocina su realidad artística -quizás la más comprometida por llevar implícita la responsabilidad de mostrar públicamente el íntimo y personal proceso creativo de cada uno- de darse a conocer en uno de los espacios emblemáticos de la ciudad, doble compromiso al ser el Palacio de los Condes de Gabia una clara referencia en el arte de la ciudad,

Esta exposición en el contexto general del arte granadino lleva años siendo esperada con interés. No en vano, la facultad se ha convertido desde su creación en una factoría desde donde han surgido, sin solución de continuidad, varios de los grandes artistas que han protagonizado una importante parte del panorama artístico nacional. También hay que señalar la significativa implicación de la Diputación de Granada en torno a la creación más nueva, cediendo sus espacios y contribuyendo a la difusión de este presente que será el más inmediato futuro.

Nada más que el espectador sube a la primera planta del palacio granadino, se da cuenta de que un poderoso sentido de la composición, del mejor sentido formal, se hace presente. La mayoría de los autores han basado sus creaciones en una contundente y determinante conformación plástica, con sólidos argumentos constitutivos -elegantes líneas dibujísticas, acertados desarrollos cromáticos que asumen una función definitoria, muy justa y generadora posición conceptual que abre infinitas compuertas significativas-. Desde ellos se accede a una variadísima galería de situaciones estéticas, plásticas, y artísticas que insisten en los muchos y variados postulados que animan la creación contemporánea con ese halo de libertad controlada que subyace en la creación de los más jóvenes.

La exposición se nos presenta amplia y variada, perfectamente adecuada a los espacios, así como sujeta a los felices e irónicos postulados de un título que define escuetamente, con determinación y con toda una carga de festiva interpretación sobre mínimos el variado trabajo de unos artistas que asumen, con máximo criterio, el estadio creativo que les ha tocado vivir. La muestra que se presenta en la sala de la primera planta del palacio argumenta la amplísima realidad creativa que sigue marcando los rumbos de nuestro arte. Nos encontramos poderosos y efectistas asuntos dibujísticos que, dentro de su oferta de rigor clasicista, buscan resultados menos sujetos a la ilustración que, a veces, potencian desde la aplastante figuración nuevos postulados interpretativos, además de visuales. Asimismo desarrollos pictóricos donde el patrimonio cromático es manipulado para que suscriba desenlaces abstractos de muy clara fortaleza plástica. El color es sometido a manipulaciones o a tratamientos formales de dispares criterios -hasta se vela su naturaleza- para que desencadene realidades, criterios y registros de ambigua naturaleza estética. También la fotografía ocupa, como no podía de otra forma, un lugar en la muestra con una pieza donde el recuerdo, la historia y el trágico deambular de la existencia, es manifestado en una línea escénica de muy sutil tratamiento compositivo. Muy interesante y con una afortunadísima conjugación de elementos es una pieza donde se busca interpretar la identidad personal desde dentro hacia fuera y desde los elementos externos hacia el sujeto, objeto de la realidad. Además, la exposición se adentra con mayor o menor fortuna en escenografías conceptuales donde la palabra y el texto, la forma, el dibujo y todo tipo de circunstancias asumen su condición conformante para desarrollar una idea que quiere hacerse presente en un maremágnum de ofertas. Y todo, en definitiva, a plasmar el trabajo de unos alumnos que van a dejar su condición para alcanzar la suma potestad de artistas en ejercicio. Para terminar sus nombres: Laura Apolonio, Joaquín Araujo, Francisco Arco, María José Bueno, Cristina Calvache, María Dávila, Lucia Dullet, Celia García-Giralda, Sara Gómez, Rafael Gopra, José Manuel Jiménez, Juan Javier Martínez, Virginia Mayenco, Laura Moreno, Fran Pulido, Blas Romero y Celia Velasco.