Pedro Sánchez ha renunciado a su acta de diputado poco después de las 12 del mediodía, acto seguido ofreció una rueda de prensa, sin opciones a preguntas, en la que derramó lágrimas y lanzó misiles. Su marcha anuncia que dará la batalla en las próximas elecciones primarias por el liderazgo del PSOE. "El mandato de la gestora expira esta tarde, por lo que espero que el lunes le ponga fecha al congreso federal", juzgó el ya militante Pedro Sánchez, a pesar de que la vigencia de la dirección transitoria de su partido se debe extender hasta el momento mismo de comenzar el congreso. Además, solicitó a la dirección que los diputados que voten en contra de la investidura de Mariano Rajoy no sean expulsados ni que el PSOE rompa con el PSC.

Pedro Sánchez justificó su renuncia porque no puede fallar ni a su palabra dada de que siempre estará en contra de Rajoy ni al partido, cuyo comité federal decidió la abstención del grupo. De este modo, con su renuncia, salva estos dos problemas y, además, evita que la gestora le abra un expediente sancionador que podría conllevar la suspensión de militancia. Esto es importante para su carrera hacia el congreso. El mismo ha anunciado que desde el lunes volverá a recorrer España para hablar con los militantes; es decir, que en 24 horas se pone en modo campaña. El ex secretario general ya ha hecho esto en dos ocasiones, recorrer el país de federación en federación, de agrupación en agrupación.

En una interlocución que interrumpió varias veces debido a la voz cogida y a algunos llantos, volvió a explicar que quiere "refundar el PSOE como un partido autónomo, alejado del PP", donde se le dé la voz a los militantes. 

Su intervención es toda una declaración de guerra: dará la batalla en el próximo congreso y se presentará a las primarias en contra de quienes han facilitado la abstención de Rajoy, pero además indica que, desde el lunes, sus seguidores solicitarán la inmediata convocatoria del cónclave del PSOE.