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Una primera semifinal con destellos de alta escuela

  • Con un extraordinario ambiente en las gradas, 'Sanyo' Gutiérrez y Maxi Sánchez hacen buenos los pronósticos

Llegó la hora de la verdad y no faltó nadie a la gran cita. Las semifinales de Open Estrella Damn de San Fernando del World Padel Tour no dejaron a nadie indiferente. Es más, todo aquel que tuvo la suerte de estar en Bahía Sur salió con un dulce regusto tras lo presenciado en la pista del pabellón isleño.

Ambiente de gala, buen pádel, los máximos exponentes del torneo en liza y, sobre todo, muchas ganas de pasarlo bien. Esa es la traducción literaria de una jornada irrepetible, donde los amantes del pádel no pudieron más que marcharse con una sonrisa de oreja a oreja, porque los protagonistas no decepcionaron y porque es todo un placer tener este nivel de competición en San Fernando.

El primer envite, ese que abría la jornada, medía a los máximos favoritos sobre el papel, los argentinos Maxi Sánchez y Sanyo Gutiérrez, con el honor de encabezar la lista por las ausencias de las dos primeras parejas del circuito, ante toda una institución en este mundo del pádel, los también argentinos Cristian Gutiérrez, dos veces campeón del mundo, y su compañero Mati Díaz, habituales en las fases finales del World Padel Tour.

En honor de la verdad, los estilos de juego de las dos semifinales fueron bien distintos y en la primera de ellas imperó la corrección hasta límites insospechados. Pádel de alta escuela, parejas estudiadas casi a la perfección y un ritmo, sin alteraciones, que incluso llegaba a cansar.

Tal era el enconsertamiento del partido que no había resquicio para los errores, y cualquiera de ellos costaba el set.

Así fue en la primera manga. Tras la igualada inicial y un empate a tres juegos, con el 3-4 la pareja número 1 tiene un nada a cuarenta para romper el saque del rival. La respuesta de los más veteranos no es otra que la de endosar a su rival ocho puntos seguidos y del teórico 3-5 se pasó a un 5-4 y saque para Cristian Gutiérrez y Mati Díaz que no desaprovecharon la ocasión para conseguir adjudicarse el primer set en 51 minutos de juego.

En el segundo ocurrió de todo, los números 3 tuvieron el partido, lo soltaron y terminaron sucumbiendo. Bien es cierto que cuando ya habían roto el servicio de Maxi Sánchez, con 1-2 en el marcador y saque, un problema en el levantamiento de una pequeña parte de la pista se tradujo en un parón de diez minutos que cambió el rumbo del partido.

Maxi Díaz y, sobre todo, Sanyo Gutiérrez fueron un motor diesel, carburando poco a poco, metiéndose en el partido y agotando a su rival, con puntos largos, de alta escuela, sin resquicio, sin errores, sin desfallecer en el intento, mientras que sus rivales caían en el cansancio. Así, la igualdad en la segunda manga fue hasta el 5-5. Ahí terminó todo y de eso se dieron cuenta los más de 1.500 aficionados que se habían dado cita en las gradas del pabellón isleño.

Con el 7-5 en el bolsillo, todo fue coser y cantar. Ya estaba todo donde querían los favoritos. Ellos, metidos de lleno en el encuentro, y los rivales, marchándose, cada vez más, del mismo.

El tercer set tuvo poca historia. La superioridad de los vencedores fue clara y, aunque el respetable se empeñaba, una y otra vez, en animar, sobre todo a Cristian Gutiérrez, ya no quedaban ni fuerzas ni tiempo para girar algo que mantenía una dirección fija.

Finalmente, un claro 6-1 dejó a los aspirantes fuera y a los favoritos en sus ganas de demostrar que son una pareja de un futuro muy cercano.

La semifinal dejó a los aficionados sorprendidos por la tremenda corrección de los participantes, que en ningún momento se salieron del guión establecido para que todo fuese correcto.

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