En una ciudad con nulas posibilidades de crecimiento y escaso suelo industrial, el comercio y la hostelería se han convertido en el principal motor económico. Su apuesta es ofrecer una atención cercana y de calidad, unida a los propios atractivos de la ciudad, para atraer clientes que huyan de los grandes centros comerciales.

Ahora mismo existen unos 2.800 locales abiertos y entre 400 y 600 cerrados, según datos de la Federación Local de Asociaciones de Comerciantes, Autónomos e Industriales de Cádiz (FACAI). Este sigue siendo el problema más importante: el elevado números de locales sin actividad. El culpable de esta situación es el precio de los alquileres, prohibitivos en la mayoría de los casos. Esto ha afectado sobre todo al comerciante local y ha beneficiado a las grandes cadenas nacionales e internacionales, que van tomando posiciones en las calles más transitadas.

No obstante, parece que la situación va cambiando, y desde el inicio de la crisis, en el año 2008, el precio de los alquileres de locales comerciales ha bajado un 30% de media, según maneja la inmobiliaria Hispania.

A esto se une un repunte en las ventas, algo que reconocen desde el sector, aunque no se habla abiertamente de una recuperación total.

Uno de los hándicaps con los que cuenta el comercio local es el elevado número de asociaciones que existen, lo que dificulta en muchos casos el entendimiento y la consecución de objetivos comunes. Cádiz Centro Club de Calidad, Cádiz XXI, Acecádiz, Asociación de Comerciantes La Laguna-El Paseo, Asociación de Artesanos Erytheia, Asodemer, Facai (que aglutina a la Unión de Comerciantes, Asociación de Comerciantes de Extramuros, Asociación de Quiosqueros, Asociación de Tiendas de Informática y Nuevas Tecnologías y Asociación de Comerciantes de Segunda Aguada), CO.SA.MA (comerciantes del Barrio de Santa María) y la recién creada asociación del Barrio de Astilleros, configuran un amplio espectro, quizá demasiado, para una ciudad como Cádiz. Además hay que incluir a la patronal de la Hostelería, Horeca.

Donde sí suelen unir fuerzas las asociaciones que forman parte de ella es en la Mesa del Comercio, un órgano creado en el año 2002 por el Ayuntamiento para el diseño de campañas de promoción, la puesta en marcha de iniciativas y todas las cuestiones relacionadas con el comercio minorista. Quizá se nota una excesiva dependencia de las medidas gubernamentales y poca capacidad para poner en marcha acciones propias que, al fin y al cabo, repercutirán positivamente en sus negocios.

En la Mesa del Comercio, se debatió, por ejemplo, la necesidad de abrir en domingo cuando llegan grandes cruceros, algo que sucedió hace justo un año, en mayo de 2014. Hace falta un análisis profundo relacionado con el crucerista: cómo atraer a ese turista que sólo pasa unas horas en la ciudad y que puede convertirse en una fuente de ingresos. Se echan en falta más actividades de ocio, ofertas especiales, horarios ampliados y una atención en idiomas.

Uno de los principales inconvenientes para comprar en Cádiz es el aparcamiento: es caro y difícil dejar el coche, por eso los comerciantes proponen la eliminación o rebaja de la zona azul, la creación de bolsas de aparcamiento y tarifas especiales.

En cuanto a la hostelería, por las limitaciones que impone la ciudad, la renovación de los espacios existentes puede ser una de las apuestas. Buena muestra de ello es el Rincón Gastronómico del Mercado de Abastos, un espacio que fue creciendo modestamente y que se ha convertido en una zona de referencia.

En la misma línea, aunque con un aire un poco más 'glamouroso' se entiende el mercado gastronómico que acogerá la antigua estación de tren, un mercado gourmet con una oferta de entre 60 y 80 locales, que tiene previsto abrir en 2016 y que conlleva una inversión de nueve millones de euros.