El caso Salesianos aún no ha finalizado. La Fiscalía y la Junta, que acude como acusación por contar con uno de los niños que acudían al despacho de López Luna bajo su custodia, van a recurrir una sentencia donde se emitió, además, un voto particular de uno de los tres magistrados, algo muy poco habitual en las audiencias provinciales, donde los casos se suelen resolver por unanimidad.

Manuel Montaño fue preguntado por ello y él, que no quiso entrar en profundidad en la valoración de ese voto particular, restó importancia a esta circunstancia: "No es extraño que en los órganos colegiados no se alcance la mayoría. No digo que sea cotidiano ni frecuente, pero también es cierto que es más habitual en el Supremo que en una Audiencia Provincial. Es bueno que exista debate y si un magistrado emite su voto particular, bien reflexionado y argumentado, enriquece sin duda la sentencia. Y ya, si hablamos de un juicio con jurado, será muy difícil que encontremos un veredicto unánime".

Esto, según Montaño, no da más o menos posibilidades al recurso planteado ante el Supremo. Él se siente muy tranquilo ya que considera que la sentencia ha sido redactada "de forma muy profesional por magistrados muy preparados, lo que nos permite tener confianza en la Justicia".

Esto fue algo en lo que abundó el propio López Luna en su alegato inicial, cuando mostró su más absoluta fe en la Justicia tal y como había hecho en todo momento. Esa confianza es la que le hacía creer que el dictamen del recurso sería el mismo que el que había emitido la Audiencia.

Y es que la rueda de prensa convocada ayer, que Montaño insistió en que no se trataba de un acto "exculpatorio", sino una demanda de los medios informativos, no pretendía entrar en ningún caso en valoraciones pedagógicas o morales sobre lo que sucedía en el despacho del director de este centro educativo, donde los chicos acudían incluso en horario lectivo para los juegos que han sido objeto de la polémica, sino en las consideraciones puramente técnicas del derecho penal. Aquí es donde Montaño se quería centrar y donde veía que no había atisbo de duda. Una de las palabras que más empleó fue "ilícito penal". De hecho, haber conseguido convencer a los magistrados de esto era lo que habría que considerar su gran éxito durante un juicio en el que él considera que ha habido un gran ruido exterior, por lo que agradeció a los magistrados su profesionalidad, igual que alabó la tarea del fiscal, que consideró que también había hecho un gran trabajo.

También mencionó que el acuerdo con la acusación particular había sido imposible en todo momento por estar muy distanciadas sus posiciones, pero recordó que las declaraciones de los menores "tal como recoge la sentencia fueron cuanto menos cambiantes. Declararon una cosa en la instrucción y cuando fueron a la vista oral, en la mayoría de los casos, por no decir en todos, eran francamente contradictorias", apostilló el abogado.