Cádiz

Sin cornetas ni tambores

  • Los campings de la provincia, el tradicional recurso de quienes huyen de las procesiones Hoteles rurales, escapadas al extranjero o un rincón alejado, otras opciones para una Semana Santa silenciosa

Toda celebración colectiva y popular tiene tantos partidarios como detractores. En el caso de la Semana Santa y su más singular manifestación, las procesiones, ocurre lo mismo. Lo que para unos es una pasión tan humana como divina es para otros tantos un calvario del que intentan evadirse. Así que nos permitimos darles unas cuantas pistas, con ánimo de descansar.

Esos campings lejanos que tanto en Cádiz dieron que hablar

Siempre hay quien los invoca en Carnaval y en Semana Santa como aquellos lugares míticos ideales para huir de las fiestas populares, ya sea escapando del tatarí de la caja y el bombo, ya sea para dejar lejos el chinta-chinta de las cornetas y los tambores. Sea por lo que sea, los campings son una buena alternativa para huir del festejo multitudinario, y garantizan la tranquilidad... hasta cierto punto, porque no hay que olvidar que estas fechas ya figuran como temporada alta en muchos establecimientos. En la provincia hay varios establecimientos destacados y con calidad contrastada por usuarios y críticos. Ahí van sólo algunos nombres de muestra.

 

El camping La Rosaleda está situado muy cerca de Conil y a una conveniente distancia de la playa, por si el tiempo decide finalmente ser misericorde con los fieles de esa nutrida cofradía que busca el silencio y otra forma de entretenerse. Tiene una de las gamas de servicios más completas entre los establecimientos de su categoría en la provincia, además de una excelente puntuación en las webs especializadas en opiniones de clientes. 

 

Alejado de la costa, y especialmente recomendado para familias y por el contacto con la naturaleza, está el camping Los Gazules, situado en el corazón del parque natural de Los Alcornocales, lo que le permite la realización de numerosas actividades. 

 

Como todo un clásico aparece el camping Caños de Meca destacado por sus instalaciones, y que tiene ofertas especiales de Semana Santa para familias.

Para una comida o cena junto a este último camping, recomendable el restaurante Arohaz.

Precio medio: 30 € p/persona

Tipo: Cocina creativa de la zona

Un retiro playero y gastronómico 

La zona donde la provincia se hace más salvaje es aquella que se acerca a los vientos y las corrientes del Estrecho y, por eso, al pescado que batalla entre dos mares. Si no hace mucho su lejanía le garantizaba la tranquilidad, esto ya ha dejado de ser una verdad. No obstante, lo que es seguro es que junto a la playa de Bolonia no pasan todavía procesiones. El atractivo cultural y admirable de las ruinas romanas de Baelo Claudia junto con la belleza paisajística de una de las ensenadas más hermosas de la provincia y la presencia de una enorme duna de arena como desafío para las piernas, hacen un plan perfecto de la idea de pasar algunos días en el Hostal Los Jerezanos, situado en el lugar conocido como El Lentiscal, en el extremo este de la playa.

 

Para completar el disfrute, nada como la cocina natural y auténtica del Restaurante Las Rejas, llevado por una familia peculiar y divertida, que además no engaña sobre la calidad de sus productos del mar.

Precio medio: 32 € por persona

Cocina: Pescado y mariscos

Historia y descanso        entre pinares

Barbate conserva un hermoso pinar en su término municipal, saliendo de la población hacia Conil. El pinar y acantilado de La Breña es un tesoro natural y un paraje arbolado típico de ese área de La Janda. El establecimiento conocido como El Palomar de la Breña se ha ganado una justa fama. A su calidad, distinguida con un certificado de excelencia por la web más usada, TripAdvisor, se une su ubicación, y la posibilidad de realizar excursiones por el parque, como por ejemplo la que lleva a la ermita de San Ambrosio, uno de los pocos ejemplos de iglesia visigoda en Andalucía.

 

Uno de los principales atractivos del hotel es una construcción peculiar: el palomar que le da nombre y que es uno de los más antiguos y más grandes que se conservan en el mundo, aunque actualmente no tiene aves. En siglos pasados, el palomar servía para nutrir de carne de paloma y de guano para fabricación de pólvora a los barcos que hacían el viaje a América.

 

Además, está a una corta distancia de las playas de Trafalgar.

El hotel cuenta también con un restaurante de carta sencilla y reducida pero de buena calidad.

Dirección electrónica: www.palomardelabrena.com

El que pueda, que se dé un lujo en un escondite para dormir de una vez

Para llegar a este sitio, no tan escondido como parecería, hay que subir a La Muela y bajar después a Los Parralejos, o bien acercarse antes a los bajos de Vejer, a La Barca y enfilar la carretera de Medina, para después buscar las indicaciones de la Casa la Siesta unlugar muy especial, casi como una isla. El aislamiento lo ofrecen las instalaciones del alojamiento, su situación, su oferta de excursiones y la acogida tan especial. La sensación de bienestar viene acompañada de la tranquilidad y de un disfrute propio de lo exclusivo. No todo el mundo puede hacerlo siempre, pero a fin de cuentas, si la vida en este mundo es un valle de lágrimas, quizá merezca la pena, al menos una vez, enjugárselas con un pañuelo de seda o de limpio algodón. Son más caros que los trozos de celulosa que compramos habitualmente, pero el recuerdo de su roce perdurará para siempre. 

 

Se trata de una auténtica casa rural, con ocho habitaciones limpias, amplias, luminosas y una casa que se puede alquilar para una familia completa. La oferta incluye la posibilidad de arrendar el establecimiento entero por periodos de tres días, semanas o más, lo que permite disfrutar de sus instalaciones a un grupo amplio de amigos. En ese caso, el precio pasa a ser muy competitivo, teniendo en cuenta el nivel del servicio que se ofrece. Y verán qué siestas antológicas.

La Casa la Siesta se puede ver en la web casalasiesta.com.Precio: 25 € por noche

En tierras 'infieles', monumentos y ni rastro de los cortejos procesionales

Algunos lugares-refugio que aparentan estar muy lejos están en realidad a un salto de avión. Y el aeropuerto de Jerez está ahí al lado, a media hora en coche de casi cualquier punto de la provincia. Y una vez allí, por ejemplo, podemos escaparnos a Bruselas, aprovechando la posibilidad de un vuelo casi directo con escala en Barcelona. Si salimos con Vueling a las 2 y 20 de la tarde estaremos a las ocho y cuarto en la capital belga. Y desde ahí, nuestra iniciativa nos permitirá visitar ciudades tan sorprendentes como Brujas o Gante, disfrutando seguramente de las mejores cervezas de Europa.

 

Si es usted de los que disfrutan de todos los días de la semana libres podría plantearse un salto de menos de tres horas el Miércoles Santo desde la provincia de Cádiz a Londres. Si se apaña usted con poco equipaje, por unos 350 euros puede hacerlo con Ryanair. Y conocerá la Pascua en un país anglicano. 

 

Y si encima se puede usted permitir volver el lunes, ya sin agobios y casi con exclusividad, y con la limitación de equipaje, la misma compañía de vuelos de bajo coste le llevará de jueves a lunes, ida y vuelta por apenas 150 euros. Eso sí, tiene que darse prisa, que los billetes vuelan. 

Tan cerca y tan alejado de las marchas

Para los que no puedan o no quieran moverse mucho, también hay alternativas. Incluso en las tierras más capillitas y apasionadas por la Semana Santa, como San Fernando, hay donde tomarse un descanso y respirar un aire que no huela a incienso. Ya no es ningún secreto que la playa (siendo generosos con el término) de La Casería es todavía un resabio de otros tiempos, como si las décadas se hubieran parado en sus barcas de pescadores varadas en el fango. El boca-oreja ha funcionado tanto como las redes sociales para cantar las excelencias de este rincón en el fondo de la Bahía, donde el airecillo marinero, el sol y el pescado, que puede ser el más fresco si se tiene suerte, alivian cualquier sufrimiento. Ya son muchos los que comparten algo que ya no es secreto. Lejos de las procesiones, excepto una el Jueves Santo, lugar ideal para el atardecer si el tiempo se porta como es debido, tiene tres restaurantes: el Bartolo, La Corchuela y el Club Náutico. Que aproveche.

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