Las instalaciones deportivas son uno de los elementos dinamizadores de una ciudad. En torno a ellas gira una buena parte de su actividad. En las últimas fechas se han unido algunas denuncias públicas referentes a su estado de mantenimiento o a la paralización de las obras en las infraestructuras que están en reformas o pendientes de su construcción.

Cádiz es una ciudad en la que, por sus características, cualquier espacio es un bien preciado. En intramuros, cuenta con los pabellones del Centro Histórico, Mirandilla y el Náutico, mientras que en extramuros están el Ciudad de Cádiz, Gadir, La Paz o Puntales, entre otras pistas. En el debe, el cierre por obras desde agosto de 2012 del pabellón Francisco Blanca, en Guillén Moreno, y el solar en el que está convertido actualmente el Fernando Portillo, a la espera de que vuelva a ser licitado. Por ello, y ante la escasez de espacios deportivos abiertos al público, la pregunta es: ¿Están las instalaciones en buen estado?

Varios centros deportivos han sido motivo de queja por parte de trabajadores y usuarios. De hecho, existen informes en los que se detallan las deficiencias y problemas que sufren las pistas deportivas de la ciudad.

Uno de los centros que acumula más inconvenientes es el pabellón Gadir. En él se unen las innumerables grietas y el mal estado de los paneles del techo, creándose goteras cada vez que llueve, que serán reparados cuando las condiciones meteorológicas acompañen. Junto a esto, se numeran otros asuntos como la situación de los desagües del techo por su oxidación, la humedad y el agua que están agrietando los muros o las filtraciones de agua de las duchas en las paredes de los vestuarios.

En otro pabellón cercano, como es el de La Paz, se repiten las grietas en el techo de la instalación, provocando goteras cada vez que llueve, por lo que también tendrá que se reparado.

Una instalación que también ha sufrido este mal es el pabellón del Náutico, que ha quedado reducido a que la humedad del ambiente puede mojar la pista y podría ocasionar la suspensión de actividades. Este problema también se ha dado en el pabellón de La Mirandilla, uno de los que mejor estado tiene, pero al que la humedad puede ocasionar resbalones en la pista, con el consiguiente peligro.

Entre las pistas de barrio, la que reúne peores condiciones es la de Puntales, cuyas canchas de fútbol sala y baloncesto se encuentran agrietadas. Pilar García, presidenta de la AVV Fuerte de San Lorenzo de Puntales, comenta que "hemos recibido muchas quejas y denuncias de los vecinos del barrio porque el pavimento deja mucho que desear. La pista de baloncesto está totalmente resquebrajada y agrietada, y tuvieron que quitar las canastas por el mal estado". A esto se une que "los árboles también están levantando el suelo".

García apunta que "la pista de fútbol sala también está agrietada, pero se está utilizando porque está en mejores condiciones, pero es que en la de baloncesto es imposible dar un bote".

La presidenta señala que "tenemos el compromiso del Ayuntamiento de arreglarlas, porque las condiciones son lamentables. Si no se arreglan las pistas, no se pueden usar y si no se usan, ¿dónde juegan los niños?".

Otro punto de discordia en las instalaciones deportivas es el pabellón Centro Histórico, que desde el primer día de su inauguración, en 2008, ha contabilizado múltiples desperfectos, lo que ha motivado la marcha de los clubes al no cumplir la pista las condiciones adecuadas para la práctica del deporte por culpa de las goteras y la humedad que han provocado que el suelo se encuentre abombado.

Además, a las quejas ya conocidas se han unido la de los usuarios del gimnasio del pabellón, que han reunido firmas para protestar por el estado de mantenimiento en el que se encuentran las máquinas.

La presidenta de la AVV El Carmen del Mentidero, Almudena Ortega, señala que "es cierto que el pabellón del Centro Histórico está en mal estado desde que se construyó. En la asociación hemos tenido quejas de todo tipo, desde el estado de las pistas a las goteras o la subida de los precios".

Dentro de las deficiencias, Almudena apunta a la pista, ya que "tiene unos bollos increíbles y riesgo hay para lesionarse". Esto ha motivado que dentro de la escuela de fútbol que tiene la asociación, que mueve a unos 80 niños, hayan tenido que firmar una autorización los padres para eximirles de cualquier responsabilidad si sucediera algún percance. "El Ayuntamiento nos cede por convenio la pista, pero no podemos hacernos cargo de la responsabilidad de tantos niños. Por eso, los padres tienen que autorizar a los hijos para utilizar la pista en esas condiciones".

Otro ejemplo claro de la situación del Centro Histórico es que los clubes del polideportivo local hace dos temporadas que no juegan sus partidos allí y se han tenido que trasladar al Ciudad de Cádiz. "El pabellón está impracticable. Hay una humedad en la pista que sale desde el suelo hacia arriba y se forman bolsas en la cancha. En aquel momento la federación nos dio un aviso porque allí no se podía jugar. El Ayuntamiento nos ha dicho que es una operación costosa", dice Pablo Isorna, presidente del Cádiz CF Virgili.

Por otra parte, están los barrios que disponían de pistas deportivas pero que, por diferentes motivos, ya no cuentan con ellas. Hay dos ejemplos muy claros: el Francisco Blanca y el Fernando Portillo.

El pabellón Francisco Blanca, enclavado en el barrio de Guillén Moreno, lleva cerrado desde agosto de 2012 por la construcción de las gradas y los vestuarios que debían haber estado listos en tres meses y medio. La AVV Fermín Salvochea era una de las entidades que utilizaba esta pista. Su secretario, José Luis Robles, argumenta que "teníamos 10 horas asignadas para los equipos de la asociación a la semana y ahora tenemos que estar distribuyéndonos por los colegios".

Robles , cuya entidad mueve a unos 140 niños en diversos equipos, considera necesaria la instalación para el barrio, ya que "daban vida al comercio con la competición de la liga local que llenaba el pabellón de viernes a domingo". Con todo, y con el transcurso de las obras, afirma que es importante que se arreglen algunas deficiencias que tenía cuando estaba abierto, como "los problemas del ascensor o las filtraciones de agua que se daban en el techo. Desde que se abrió no ha habido ningún mantenimiento en la montera. Nos da igual esperar un poco más siempre que se arregle".

Por su parte, la historia del pabellón Fernando Portillo, uno de los que más actividad absorbía, es preocupante. Cerrado desde 2008, diversos retrasos han provocado que, finalmente, el Ayuntamiento haya optado por la rescisión del contrato con la constructora y vaya a sacar la construcción del recinto de nuevo a concurso.

"El retraso es un fraude al barrio. El pabellón no se tenía que haber tirado tan pronto. Nos han dejado a los vecinos sin ninguna instalación deportiva", critica muy claramente el vicepresidente de la AVV Beduinos, Manuel Massón.

Y es que son ya seis años sin el Portillo y no se conoce para cuándo estará. "Daba mucha vida al barrio y al comercio. La situación es insostenible. Los vecinos están quejosos porque el solar se está convirtiendo en una escombrera", añade.