Los niños a los que les está afectando más la crisis tendrán en el futuro problemas de salud como patologías cardiovasculares y diabetes, y otras como demencia y depresiones, además de correr el riesgo de tener un menor nivel educativo y, en consecuencia, peores empleos y menos ingresos.

Es una de las principales conclusiones del informe Crisis económica y salud elaborado por la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (Sespas), en el que participaron 65 profesionales multidisciplinares.

Los tres primeros años de vida de un niño "son fundamentales" para su desarrollo posterior y su felicidad; la malnutrición, la falta de escolarización temprana y de desarrollo cognitivo provocados por vivir en un hogar afectado por la crisis puede conllevar que en una edad adulta esas personas tengan problemas de salud.

En una rueda de prensa en el Instituto de Salud Carlos III, las editoras del informe, Beatriz González (economista) e Inma Cortés (doctora), alertaron de las secuelas a largo plazo en la salud de los niños de la crisis e instaron a que sean las políticas públicas las que se hagan cargo de temas como la falta de alimentación y que no se deje en manos de la voluntariedad o de asociaciones tipo Cáritas.

"Ése no es el camino", según Cortés, que afirmó que la evidencia científica demuestra que garantizar la educación y la alimentación tiene impacto en la salud.

Sobre los comedores escolares, ambas valoraron su importancia, aunque se preguntaron por qué un tema del sistema sanitario y social lo asume el educativo.

Los autores del estudio destacaron también el impacto de la crisis en la natalidad, concluyendo que en 2012 pudo haber 40.000 nacimientos menos, especialmente entre las parejas jóvenes por problemas asociados al desempleo.

Por otra parte, las consultas en Atención Primaria disminuyeron por la crisis ya que, por ejemplo, en 2008 cada español iba 6,23 veces al año a su médico de cabecera, mientras que en 2012 esa cifra bajó a 5,48. Las recetas electrónicas, el menor número de bajas laborales por el aumento del desempleo y el miedo a perder un trabajo son factores que revirtieron en ese menor número de visitas, según González, que resaltó el aumento en las listas de espera quirúrgicas.

A la gente no le afecta oír en las noticias que ha bajado el PIB, sino que no te operan o no encuentras trabajo, eso son "efectos objetivos sobre la salud", señaló.

Cortés explicó que el paro, desahucios y problemas para pagar las hipotecas tienen impacto en la salud mental -en Atención Primaria aumentaron los casos de ansiedad y depresión- y que, por ejemplo, un hombre de 40 años en paro y con dificultades de casa tiene el triple de posibilidades de tener una enfermedad mental.

Calificó el copago de "gasto catastrófico" para un pensionista o un enfermo crónico, mientras González alertó de la falta de datos sobre esta problemática debido a una "falta de transparencia" y a la ausencia de un "buen gobierno", dos aspectos a mejorar en el sistema sanitario.