La amenaza de lluvia  provocó que el Santo Entierro tampoco pudiera completar su recorrido procesional y tuviera que volverse antes de tiempo desde la Catedral.

Quizás debido al horario, las tres menos veinte de la tarde, no eran muchas las personas que esperaban en la plaza de Fray Félix, la salida desde la parroquia de Santa Cruz de la cofradía del Santo Entierro, cuyo cortejo abría un muñidor, acompañado de dos servidores, seguidos de cuatro hermanos penitentes con bocinas y la cruz de guía.

Tras las secciones de hermanos de la cofradía formaban representaciones de otras corporaciones nazarenas de la ciudad, portando varas, que encabezaba la del Perdón.

Le seguían la capilla musical Regina Caeli y el cuerpo de acólitos que precedía a la urna con la imagen de Jesús Yacente, llevada a ruedas, que dirigían Francisco Coto y Domingo Correa, que a las tres de la tarde salía de la Catedral Vieja.

Detrás iba un palio de respeto, representaciones de hermandades de gloria y de los  Caballeros Hospitalarios, y la Corporación Municipal, encabezada por el teniente de alcalde José Blas Fernández, así como el subdelegado de Defensa, Vicente Pablo Ortells, y otras representaciones civiles  militares.

Tras los hermanos que acompañaban a la Virgen de la Soledad un grupo de acólitas precedía el paso con la imagen de la única dolorosa coronada, cuya cuadrilla de cargadores dirigía Fernando Malines, y cerraba el cortejo la banda de música portuense Maestro Dueñas, que enfilaba la calle Obispo José María Rancés a los sones de la marcha ‘Virgen del Valle’.

A las cuatro de la tarde el segundo de los pasos entraba en la Catedral  donde se decidió, ante la posibilidad que lloviese conforme avanzara la tarde, regresar a la Catedral Vieja sin pasar por la carrera oficial.

Con ese motivo el cortejo salió de nuevo por la rampa situada ante la puerta central de la Catedral  camino de Santa Cruz por la calle Pelota para continuar luego por las del barrio del Pópulo.

Columna

Por otra parte, la cofradía de Columna realizó en la mañana de ayer el traslado de los pasos con sus imágenes titulares desde de la Catedral hasta la parroquia de San Antonio, en la que radica, después de que el pasado martes la hermandad tuviera que quedarse en el primer templo de la capital debido a la lluvia cuando realizaba la estación penitencial.

El cortejo, que presenciaron numerosas personas, lo formaban hermanos portando cirios de paisano, situándose ante el paso de misterio el director espiritual de la hermandad y párroco de San Antonio Oscar González, así como el hermano mayor de Humildad y Paciencia, José Luis Cañízar.