San Fernando

El 'parlamento de los niños' clama en la Compañía por "una Isla llena de ilusión y vida"

  • Una treintena de escolares participa en una simbólica sesión al hilo de la conmemoración del 24-S

Dentro de 25 años serán adultos. Rondarán los 36 años. Y quieren vivir en una ciudad respetuosa con el medio ambiente, plagada de actividades culturales y deportivas, con oportunidades laborales, accesible, con un transporte público que cubra las necesidades de la población... En definitiva, "una ciudad llena de ilusión y vida". Así la definía María Romero de Hoyos, una de las alumnas de sexto curso de Primaria -del CEIP Casal Carrillo- que ayer intervino en el parlamento de los niños que se celebró en el salón de actos de la Compañía de María, a escasos metros del lugar que hace 206 años fue la sede del Consejo de Regencia.

Los escolares hablaron de la ciudad en la que quieren vivir cuando sean mayores, la ciudad que hay que empezar a construir hoy: La Isla del año 2041. Lo hicieron -como explicó Laura Batista Badía, del CEIP Juan Sebastián de Elcano- tras debatir en clase cómo podría San Fernando ser una ciudad mejor en ese futuro. Y sus respuestas, las de prácticamente todos los alumnos que ayer tomaron parte en esta actividad incluida en la programación del 24 de Septiembre, coincidieron. Muchos insistieron en la limpieza -en eso parece que no hay diferencias generacionales y coinciden con lo que piensas sus padres- y mostraron incluso su malestar ante las numerosas deposiciones caninas que los dueños de las mascotas no recogen de las aceras. Así lo hacía por ejemplo Antonio Pérez Garcés, del colegio Miramar, que fue el encargado de abrir la sesión tras las oportunas palabras de la alcaldesa, Patricia Cavada, y de la directora de Infantil y Primaria de la Compañía, María del Carmen Muñoz, que hizo las veces de anfitriona.

Mostraron además los alumnos de una manera unánime una asombrosa conciencia ambiental al insistir en la necesaria integración de la ciudad con su entorno natural, el Parque. Entre otros, Alberto Pérez Morales, del CEIP San Ignacio, lo resumía a la perfección al aludir también al reto que supone afrontar el desarrollo urbano atendiendo también a ese respeto con el medio ambiente.

Y hablaron también -cómo no- del tranvía como nexo de unión en la Bahía para dejar constancia de una realidad: que ellos ni siquiera recuerdan la calle Real anterior a las obras, como señaló Marta García Gallego, del colegio Camposoto.

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