Un año después del comienzo de las obras de adaptación del inmueble de la calle Real que daba cabida al Museo Histórico, el traslado de las oficinas de Alcaldía-Presidencia y de otros servicios municipales que el gobierno pretende desde los primeros días del mandato todavía no se ha podido consumar. Quedan todavía pendientes los últimos trabajos. Poca cosa pero imprescindible para unas dependencias municipales: redes de voz y datos e instalaciones eléctricas, principalmente. El presupuesto asciende a poco más de 34.000 euros. Pero las obras -licitadas a principios de mayo y con un plazo de ejecución de mes y medio- todavía no se han adjudicado, lo que necesariamente suma más semanas de espera a ese traslado de la Alcaldía que se pretende llevar a cabo coincidiendo con el comienzo del nuevo curso político.

El proceso de licitación de estos trabajos, aparentemente sencillo, no ha estado exento de unas complicaciones que prácticamente han sido la pauta común de todo el proyecto. Primero, antes de formalizarse la adjudicación de las obras, la empresa que obtuvo mayor puntuación tuvo que justificar una posible baja temeraria. Lo hizo, pero luego -unas semanas después- no llegó a presentar la documentación que desde el Ayuntamiento se le requería para poder formalizar el contrato rehusando al mismo. Así que las obras, que el equipo de gobierno esperaba que se pusieran en marcha coincidiendo con el periodo estival, todavía no se han conseguido adjudicar dando lugar así a un nuevo episodio del polémico y enrevesado traslado de la Alcaldía, que ha sido además el blanco de las reiteradas críticas de la oposición y, especialmente, del PP. Ahora, el Ayuntamiento está a la espera de formalizar la adjudicación de estas obras de 34.000 euros a la empresa que quedó en el segundo puesto durante el proceso de valoración de las ofertas.