Varela se ha convertido en un icono. La céntrica estatua del general bilaureado ha acaparado la polémica que rodea la aplicación de la Ley de la Memoria Histórica en la ciudad. La tensión que el jueves pasado se vivió en el debate sobre su figura que se celebró en el instituto Isla de León puso de manifiesto lo violento y traumático que para un sector de la población puede llegar a suponer su retirada de la plaza del Rey, algo que otros, por otro lado, consideran simple justicia histórica.

Pero el Ayuntamiento quiere obrar con prudencia y evitar dramatismos y tensiones. Por eso, ayer, la Junta de Gobierno Local aplazó la decisión sobre su retirada de la plaza del Rey para seguir adelante con el estudio histórico y con la recogida de información sobre Varela y la estatua. No se trata de evitar su retirada sino, dada la situación y la polémica social que envuelve la figura del general isleño, de argumentar hasta el más mínimo detalle el paso que se vaya a dar desde el Ayuntamiento -su conservación o su eliminación- una decisión que todavía no ha sido adoptada.

Por eso, según explicó la delegada municipal de Cultura, María José de Alba (PP), la Junta de Gobierno Local ha decidido recurrir a la Junta de Andalucía, a la que solicitará un informe. El Ayuntamiento busca con esta medida asesoramiento y orientación por parte de la Consejería de Cultura para respaldar la decisión que se vaya a adoptar, sobre todo por el valor artístico de la estatua ecuestre, obra de Aniceto Marinas, ya que la Ley de la Memoria Histórica contempla excepciones si la valía de la obra requiere su conservación.

Lo que sí tiene bastante claro el Ayuntamiento es la retirada de los relieves que figuran en la peana de la estatua y que aluden a las victorias del bando nacional en la Guerra Civil. También se habla de un posible cambio de ubicación de la obra que facilitara la recuperación del aspecto original que tenía la plaza del Rey, ahora que las inminentes obras del tranvía y del edificio consistorial proporcionarán el momento idóneo. Pero nada se decidirá hasta que el Ayuntamiento cuente con los informes de la Junta y, a ser posible, de otras administraciones.

Aunque pueda considerarse una postura algo tibia por parte del Ayuntamiento, la Junta de Gobierno Local, tras valorar el informe presentado por el grupo de trabajo, acordó ayer dar los primeros pasos en firme para comenzar a aplicar la Ley de la Memoria Histórica en la ciudad.

Lo más significativo será la retirada de honores y distinciones concedidos por el Ayuntamiento a destacados militares del régimen fascista, una decisión que será llevada a Pleno sin mayores dilaciones.

Ricardo Isasi, Ricardo Olivera Manzorro, Gonzalo Queipo de Llano y hasta el propio Franco dejarán de ser hijos adoptivos, predilectos e, incluso, alcalde perpetuo de La Isla.

También se iniciará de manera gradual -según especificó De Alba- la modificación del nomenclátor de las calles vinculadas a la dictadura y se retirarán símbolos y alusiones de las fachadas.