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Un querido FIT vuelve a casa

  • Los artífices de la XXXII edición del Festival Iberoamericano de Teatro, que comienza mañana, se enorgullecen por el regreso de la sede a la ciudad

El director del FIT, Pepe Bablé, rodeado por el alcalde de Cádiz, José María González, Pepe Marchena de la UCA, Mariana González y la concejala Eva Tubío.

El director del FIT, Pepe Bablé, rodeado por el alcalde de Cádiz, José María González, Pepe Marchena de la UCA, Mariana González y la concejala Eva Tubío. / fito carreto

Orgullo. Felicidad. Honor. Fueron las tres palabras más repetidas, y más sentidas, por los artífices del Festival Iberoamericano de Teatro durante la presentación de la XXXII edición de una cita marcada este año por el esperado regreso de su sede a la ciudad de la que se fue hace nueve años.

Orgullo. Felicidad. Honor desde el Ayuntamiento de Cádiz, Junta de Andalucía, Diputación Provincial, y desde el equipo humano que pone en pie esta fiesta del teatro comandada por Pepe Bablé, porque "una nueva etapa", como dijo el director, se abre para el querido festival que pone en conexión la ética y estética artística de dos orillas. "A partir de esta edición, el FIT vuelve a tener su sede dentro de la ciudad y, por primera vez en su historia, los actos complementarios más relevantes se desarrollarán en esta Casa de Iberoamérica en la que nos encontramos", confirmaba Bablé durante la inauguración oficial del encuentro que comienza mañana y que se desarrollará hasta el próximo 28 de octubre.

Un "mejora" que no "un cambio de modelo", precisó, que viene a retrotraernos a los días del Tiempo Libre en los que la familia fitera pernoctaba, se movía, consumía y debatía durante noches intensas en el desaparecido espacio. No, no se vuelve al Tiempo Libre pero sí a Cádiz, al hotel Tryp Caleta (quien se presentó y ganó la convocatoria pública) para dejar atrás los días en el Hotel de Bahía Sur en San Fernando, un lugar con todas las comodidades para los participantes en el festival y para el desarrollo de las actividades paralelas de la cita pero que alejaba el corazón del FIT de su ciudad, de Cádiz, tan necesitada de latido, "porque a veces lo más interesante ocurre cuando se baja el telón y se apagan las luces", como recordaba el alcalde de Cádiz, José María González, durante su intervención preñada de guiños a la historia de la emblemática cita como su recuerdo "de aquella inolvidable" puesta en escena de "La increíble y triste historia de la cándida Eréndida y su abuela desalmada que pude ver en el patio del colegio Valcárcel", rememoró.

Porque en la presentación de la XXXII edición del Festival Iberoamericano de Teatro se habló de pasado y presente, y de alumbrar el futuro, tal y como adelantó el delegado de Cultura de la Junta de Andalucía, Daniel Moreno, que aseguraba que "esta misma mañana hemos tenido una reunión con la concejala de Cultura (Eva Tubío) para ponernos ya manos a la obra con la edición de 2018, y eso que todavía no ha empezado ni la de 2017".

Una manera de seguir fortaleciendo este "sólido puente, construido a través del arte, entre dos orillas geográficamente lejanas pero cercanas culturalmente", citando las palabras que el diputado de Cultura, Salvador Puerto, utilizó para resaltar la importancia del FIT, "de esta magnífica fiesta del teatro y de la cultura", como vehículo de entendimiento.

Una cita articulada por 19 espectáculos de 10 países llevados a cabo por 17 grupos que pondrán en escena 24 representaciones y que no se olvida de pivotar sobre sus tres principales ejes, "la innovación, el placer estético y el pensamiento crítico", como dijo Bablé que también destacó el carácter como foro de debate y de reflexión del encuentro donde, incluso, ha sido un espacio "pionero"

"Pionero -por ejemplo- en dar cabida a la relación entre género y teatro, pues fue el primer festival en España, y el único durante 20 años, en crear un espacio para esta reflexión y de sostener la paridad como un criterio de programación", recordaba Mariana González, coordinadora del Encuentro de Mujeres de Iberoamérica en las Artes Escénicas que este año cumple su XXI edición con el objetivo de Airear la casa, de debatir en torno al Abuso y sexualización de las relaciones de trabajo en las artes escénicas.

Eva Tubío, concejala de Cultura del Ayuntamiento, y Pepe Marchena, director de Extensión Cultural y Servicio de Publicaciones de la Universidad de Cádiz, tampoco faltaron a la puesta de largo de la cita más especial de los últimos años del festival, la que marca un regreso esperado, que eso sí, ha supuesto un reajuste del presupuesto con algunas consecuencias, una de ellas la desaparición del Premio Atahualpa del Cioppo, que nadie nombró, siguiendo el precedente del también difunto Homenaje del FIT.

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