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Pedro Fernández Alén. Presidente de la Confederación Nacional de la Construcción (CNC)

"El Gobierno se está convenciendo de que la solución de la vivienda es incrementar la oferta de suelo"

Pedro Fernández Alén

Pedro Fernández Alén

Pedro Fernández Alén (Badajoz, 1974) es desde 2021 presidente de la patronal de la construcción, donde fue secretario general de 2009 a 2019. Es, también, vicepresidente de Cepyme, la patronal de la pequeña empresa, miembro del comité ejecutivo de la CEOE y presidente de la Fundación Laboral de la Construcción. Apuesta por incrementar la oferta de suelo y vivienda significativamente para solucionar el problema de la vivienda, y por una campaña de imagen para atraer a trabajadores. Calcula que hacen falta 700.000 en toda España.

Acudió hace unos días a Sevilla a presentar CNC autónomos. ¿Por qué una asociación que agrupe específicamente a este colectivo?

El último convenio colectivo que firmamos tenía dos pilares. Por un lado la formación, a través de la Fundación Laboral de la Construcción, que en el último año ha acogido a 100.000 profesionales y, por otro, el primer plan de pensiones sectorial de España con 340.000 beneficiarios. Estas dos cuestiones no se aplicaban a autónomos, que también quieren formación y un plan de pensiones. A través de la ATA (Asociación de Trabajadores Autónomos) hemos creado una organización que dé cabida a esas necesidades.

La semana pasada estuvo en la reunión del sector con Sánchez, en la que se acordó dar un impulso a las tramitaciones urbanísticas para agilizar la construcción de viviendas. ¿Qué balance hace?

Positivo. Pocas veces el presidente se reúne dos horas con un subsector, y pudimsos trasladarle nuestros principales problemas . Otra cosa es que después las políticas se pongan en marcha. Es imprescindible dar seguridad jurídica a los planes urbanísticos. No puede ser que por un defecto de forma se declare nulo un proyecto. Y es también fundamental agilizar los planes urbanísticos. Una licencia tarda dos años en concederse y diez si es necesaria una modificación del plan urbanístico. El Gobierno se está convenciendo de que la solución al problema de la vivienda pasa por incrementar la oferta de suelo. Tenemos que potenciar la colaboración público privada, tiene que haber avales para jóvenes y nos tienen que ayudar a conseguir mano de obra mejorando la imagen del sector si queremos llegar al objetivo de construir 184.000 viviendas al año en suelo público

¿Por qué en España se hace mucha menos vivienda social que en el resto de Europa? ¿Cuál es el problema?

Que los módulos (precio que estima la administración que debe pagar al constructor por metro cuadrado) no cuadran, o no cuadraban. Los costes que se calculaban databan de hace mucho tiempo y no se actualizaban. Al constructor no le salen las cuentas, y no hace la obra porque no le sale rentable. Hay que decir, de todas formas, que el tercio con más ingresos no tiene problema para comprar, en muchos casos sin préstamos. Hay otro tercio, la clase media, que es el que lo está pasando  realmente mal, porque no cumple los requisitos para acceder a una VPO, necesita financiación con los tipos de interés más altos y el precio de la vivienda está más alto porque los costes de los materiales se han disparado. Para el último tercio, el de los ingresos más bajos, las comunidades autónomas, como Andalucía, ya están actualizando módulos a precios más razonables.

¿Y qué hacemos con la clase media?

Incrementar la suela de oferta de suelo y de vivienda. Si hay más suelo, más bajo es el precio de la materia prima del promotor. Cuantas más viviendas haya menor será su precio y el mercado se ajustará. Para saber cuánta vivienda se necesita, basta un dato: cada año se construyen unas 85.000 a día de hoy, mientras que nacen 210.000 nuevos hogares, no solo por la inmigración sino por divorcios y otras situaciones. Hay mucha más gente que necesita un hogar que hogares se construyen.

Y eso tensiona el alquiler.

Claro, si no puedes comprar vas al alquiler y eso sube los precios. Necesitamos construir al menos 150.000 viviendas al año, y ahora mismo no se llega a las 100.000.

Hay quienes piensan que ese nuevo impulso constructor puede llevar a una nueva burbuja inmobiliaria.

Es algo irreal a día de hoy. Cuando se produjo la crisis financiera, que arrastró al sector inmobiliario, los tipos de interés son más elevados hoy y se daba financiación a todo el mundo, cosa que no ocurre en la actualidad. Y entonces se construían 700.000 viviendas al año y ahora estamos en las 85.000. Ahora hay escasez de oferta y mucha demanda, con lo cual se descarta completamente la posibilidad de una burbuja.

¿Qué opina de la supresión de la Golden Visa? ¿Afectará al sector constructor?

No sé si va a tener efectos y tampoco sé las motivaciones. El número de ventas no es significativo. Si se ha creído que eliminando esto se va a solucionar algún problema social o demográfico no alcanzo a verlo.

¿Cuáles son los aspectos positivos y negativos, en su opinión, de la ley de vivienda?

Entre los positivos está el fomento de la colaboración publico privada para desarrollar vivienda; entre los negativos, la limitación del precio del alquiler. No va en la dirección correcta. El último informe de Idealista señala que la oferta de alquiler en Cataluña (donde se ha topado el precio en zonas tensionadas) ha bajado de manera muy significativa.

¿Puede poner ejemplos de esa colaboración público-privada?

El Plan Vive de la Comunidad de Madrid. Se está cediendo suelo a promotores para que pongan las viviendas en alquiler a precio asequible. Es la empresa privada la gestiona todo eso, porque si lo hiciera la administración tendría demasiado gasto y habría que poner a muchos funcionarios a gestionar todo a eso. En Andalucía, he hablado con la consejera de Fomento, Rocío Díaz, y cree que esa es la vía. Hay que buscar buenas localizaciones y tener cerca a los ayuntamientos, porque es algo que afecta a las tres administraciones.

¿Cuántas personas calcula que hacen falta para acometer la previsible expansión del sector en los próximos años?

Necesitamos 700.000 trabajadores. Tenemos el instrumento para formarlos, la Fundación Laboral de la Construcción, pero hace falta un impulso, un plan de choque, sobre todo si queremos cumplir con el reto de los fondos europeos. Nuestras plantillas están muy envejecidas y necesitamos incorporar jóvenes, desempleados, mujeres (solo son el 11,2% de los trabajadores de la construcción) y regularizar inmigrantes irregulares. Si no se incorporan, tendremos un problema importante.

Muchos, sobre todos los jóvenes, probablemente no quieren estar en un sector de mucho esfuerzo físico.

Eso es lo que hay que cambiar. En la mayoría de los casos el esfuerzo físico es mínimo solo hay que manejar maquinaria. Tenemos que convencerlos de que ese no es el problema y de que hay buenos horarios. Los viernes por la tarde no se trabaja, ya lo quisieran muchos sectores.

Denuncian que las administraciones abusan del uso de medios propios en vez de ir a concesiones a la empresa privada.

A nivel nacional, en 2021 se destinaron 589 millones euros a obras con medios propios y en 2022 esa cifra ha  subido a 2.631 millones. Es un problema que también ocurre en Andalucía y que afecta a todo tipo de obras.

En obra civil, ¿dónde puede estar el impulso?

Hemos pasado de la legislatura del ferrocarril a la de las obras hidráulicas y la vivienda. Hace falta un plan hidrológico importante.

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