sevilla: Palop, Konko, Fazio (Squillaci, 27'), Escudé, Adriano (Lolo, 67'), Jesús Navas, Zokora, Renato (Stankevicius, 61'), Capel, Luis Fabiano y Kanouté. Barcelona: Víctor Valdés, Dani Alves, Puyol, Piqué, Maxwell (Abidal, 65'), Busquets, Xavi (Touré Yaya, 87'), Keita, Pedro, Messi y Bojan (Jeffren, 91'). Árbitro: Undiano Mallenco (navarro). Expulsó a Konko con dos amarillas (55'). Además, también amonestó a Luis Fabiano, Zokora, Lolo, Capel, Busquets, Pedro, Maxwell, Xavi y Bojan. Goles: 0-1 (5') Messi. 0-2 (29') Bojan. 0-3 (62') Pedro. 1-3 (69') Kanouté. 2-3 (71') Luis Fabiano. Incidencias: Unos 45.000 espectadores en el Ramón Sánchez Pizjuán.

El Barcelona cumplió en el Sánchez Pizjuán y se llevó un triunfo ante el Sevilla que le hace ser aún más firme candidato a campeón de Liga, aunque la victoria madridista ante el Athletic en el Bernabéu hace que tenga que esperar a cantar el alirón una semana más.

El Barça deberá sentenciar en su favor ganando, en la última jornada y en el Camp Nou, a un Valladolid que llega jugándose la permanencia, igual que el Málaga en su choque con los blancos.

Los sevillistas, pese a la derrota, se beneficiaron del triunfo del Deportivo ante el Mallorca y mantienen la cuarta plaza, por lo que en la última jornada, en Almería, dependen de sí mismos para asegurarse por segundo año la clasificación para la Liga de Campeones vía fase preliminar.

No tardó el conjunto azulgrana en mostrar que no iba a especular absolutamente nada y si un remate del brasileño Dani Alves propició la primera intervención del meta Andrés Palop (4'), un minuto después, tras una buena circulación de balón, el brasileño Maxwell le dio un preciso pase al argentino Messi, que rompió el fuera de juego para poner el 0-1. Es el trigésimo segundo tanto en la cuenta particular de Messi, que toca ya con las manos el Pichichi.

El equipo local de Antonio Álvarez no pudo demostrar si era capaz de tutear al todopoderoso rival cuando tuvo que luchar contra la corriente del marcador. Pero, además, el Barça no dejó de presionar en el centro del campo y eso dificultó mucho el juego de los extremos Navas y Capel y el de los dos delanteros, el brasileño Luis Fabiano y el malí Kanouté.

Los visitantes, sin aparente esfuerzo, llevaron la iniciativa y se vio mucho más cerca la posibilidad de que llegara el segundo tanto ante un adversario nervioso, que perdió muchos balones y que estuvo a merced del rival.

Para acumular males, el central argentino Fazio se torció un tobillo y tuvo que retirarse instantes antes de que Bojan marcara el segundo poco antes de que se cumpliera la media hora de juego.

La superioridad de los de Pep Guardiola fue aplastante. Prueba de ello fue que el primer remate local llegó a los 34 minutos, con un cabezazo de Capel sin ningún peligro para Valdés.

Messi estuvo cerca de poner el tercero, pero se le fue el balón alto dentro del área chica, aunque también Luis Fabiano tuvo en sus botas el 1-2, que lo evitó el portero azulgrana con una gran intervención poco antes del descanso.

La segunda parte se inició con tintes similares a la primera, con el conjunto catalán dueño de la situación y sin dejar respirar a un Sevilla desdibujado y sin chispa.

A los diez minutos de la reanudación, el lateral derecho francés Konko se tuvo que ir a los vestuarios tras ver la segunda amarilla por una falta sobre Bojan, lo que dejó aún más complicada una hipotética reacción sevillista.

El Barça no tuvo piedad ante un adversario entregado y Pedro marcó el tercero, rebasado el cuarto de hora de este período.

El partido iba para goleada de escándalo. Pero los visitantes, quizás por su aplastante superioridad, bajaron el pistón y en dos despistes defensivos azulgranas Kanouté y Luis Fabiano, de forma casi consecutiva, pusieron un sorprendente 2-3 a pesar de jugar en inferioridad numérica.

Llegaron entonces algunos nervios en el equipo barcelonés y el Sevilla, por momentos, se creyó que era posible la igualada en el tramo final del choque. Pero el Barça controló bien e incluso perdió tiempo para que el marcador ya no se moviera ante un rival enrabietado que lo intentó hasta que pitó el árbitro la conclusión.

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