EMPEZÓ perdiendo el partido por 3-0: no es de Cádiz, que ese gol hasta puede valer doble por ser de fuera; no tiene ni idea de Carnaval y, supuestamente, se iba a embolsar 10.500 euros por 15 días de trabajo, o sea 700 diarios sin descansar dos días por semana y laborando con nocturnidad, un buen dinero pero ninguna locura para los tiempos que corren y, menos, si los que han puesto el grito en el cielo supiesen qué gana cualquier desbragada o descremallerado que se asoma un par de tardes por semana a los vomitivos platós rosas del cuore. Y, para colmo, ahora se impone entre bastidores la tesis de que no gana ni 5.000.

No me veo autorizado para decir si Agustín Bravo debería haber aceptado el encargo, pero quién en su trabajo no se ha visto obligado a realizar tareas para las que, presuntamente, no estaba capacitado. Y en estas calendas, con la que está cayendo, como para negarse. El afamado presentador se hallaba en el sitio y, simplemente, dijo aquí estoy yo a una propuesta.

Quizá la cadena televisiva sí debería haber pensado en otra persona. ¡Quién mejor que un periodista de Cádiz para presentar su Carnaval! Empero, Bravo, al que no conozco de nada y con el no coincidí en la Complutense por razones de edad, sólo ha cometido un alarde de profesionalidad, de atreverse con lo que más de un mediocre hubiese rechazado. Tampoco sé la coyuntura profesional, económica ni social del periodista como para censurar su valentía. ¿O quizá osadía?

Además, si quien ya es un personaje en el teatro ha dado el sí apoyado en sus tablas, por mucho que éstas no puedan ser más ajenas al Falla, ya ha empatado el partido. Agustín Bravo puede gustar más o menos como presentador, pero para realizar su trabajo tampoco es necesario saber de esto, como está demostrando el cacereño con una humildad digna de admiración. ¿O sabe más Cristian Gálvez de Lingüística y presenta Pasalabra, o Jordi Hurtado es el que ganó hace décadas Un millón para el mejor y lleva años en La 2 haciéndose el enterao porque tiene un papelito en la mano con las respuestas?

Ítem más: Mayte Huguet, Germán García, Pepito el Caja y los invitados de turno al palco se encargan de poner el contrapunto carnavalesco al tempo de la retransmisión que marca el presentador y el resultado del equipo se acerca ya al triunfo, que tampoco se precisa a alguien que haya jugado a las chapas o a la comba en el barrio de La Viña, cante de memoria Los duros antiguos y haga compás con los nudillos de los dedos de los pies en una lámpara.

Por cierto, un apunte: siempre existe la acertada posibilidad de oír a Juan Manzorro entre copla y copla bajando el volumen del televisor. Y otro más: servidor es de Sevilla, no tiene ni idea de esto tampoco y escribe una columna junto a Juan Carlos y el Canijo. ¡Ole!