Ana María Sánchez Pérez, una gaditana de 36 años, dio a luz en la mañana de ayer a cuatro hijos, dos hembras y dos varones, fruto de un embarazo por reproducción asistida. Los pequeños, que nacieron a las 36 semanas de gestación -alrededor de los siete meses y medio- se encontraban ayer en buen estado de salud. El parto múltiple mediante cesárea, que tuvo lugar entre las once y las doce de la mañana, fue dirigido por el jefe de servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Puerta del Mar, Blas Hervias. El equipo de este servicio del hospital gaditano se movilizó para atender un parto tan importante como inusual. Cuatro pediatras, uno por cada bebé, esperaban el nacimiento de Soraya, Ainara, Álvaro y Salvador, que pesaron entre 1,6 y 1,9 kilos. El momento, por significativo y con fines didácticos para la comunidad médica y los estudiantes de medicina, fue grabado en video e inmortalizado en fotografías por el doctor Manuel López Doña, integrante del servicio de Ginecología del hospital y colaborador de 'Diario de Cádiz'.

El éxito de la intervención radicó en llevar a buen puerto un embarazo de riesgo trayendo al mundo a cuatro bebés que, si todo va bien como así parece según profesionales que asistieron al parto, saldrán adelante sin mayores problemas. Partos como el de ayer sólo son posibles en hospitales como el Puerta del Mar, dotado con toda la infraestructura necesaria para un nacimiento de estas características. En otras ocasiones se han dado partos múltiples de más niños, aunque sin que cuatro de ellos, como ocurrió ayer, siguieran con vida. Los cuatrillizos, diferentes entre sí, estaban cada uno en una bolsa propia, nacidos de la unión de cuatro óvulos y espermatozoides distintos.

Ana María Sánchez llevaba desde el año 2004 intentando quedar embarazada. Sus cuatrillizos son fruto de un método de inseminación artificial que ha dado un resultado 'excesivo' e inusual. Hasta cuatro óvulos de la madre, después de la estimulación del ovario, lograron ser fecundados por esperma de su marido allí depositado.

Los niños, al cierre de esta edición, permanecían en observación compartiendo incubadora y no habían sido trasladados a la habitación donde descansaba su madre.