Bien es verdad que en septiembre la actividad se reactiva. Para muestra, un botón. La Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y el Mar, a través de Demarcación de Costas Andalucía-Atlántico, ha firmado el contrato de obra para la recuperación ambiental del molino de mareas del Zaporito y su entorno, lo cual supone el último paso antes del comienzo de la obra in situ. La actuación, que fue adjudicada a la UTE (Unión Temporal de Empresas) Bahía San Kristóbal y Construcciones Obras Públicas y Servicios del Mar y que ya ha finalizado la tramitación administrativa correspondiente, se encuentra ahora realizando el plan de seguridad de la intervención, último paso de despacho.

Por eso ayer la noticia suponía un motivo de satisfacción para el alcalde de la ciudad, Manuel de Bernardo, que ya piensa en el futuro uso de este nuevo espacio, aunque como matizaba, "todo tendrá que consensuarse con Costas, con quien trabajamos de la mano". Lo ideal, a su juicio, sería la recreación de un espacio que recordara el pasado de tradición salinera de la localidad. Para ello de momento habrá de esperarse doce meses una vez comience la obra -presumiblemente en días-, la cual cuenta con un presupuesto de 1,3 millones de euros.

El ámbito del proyecto comprende el caño del Zaporito -un ramal secundario del caño de Sancti Petri-, que se encuentra parcialmente colmatado y con una imporante zona de rellenos en su extremo interior. Así, esta colmatación natural junto con otros restos de materiales han reducido su capacidad hidráulica, minimizando las corrientes de marea. Por su parte, el molino hace años que no es funcional y se encuentra en un avanzado estado de deterioro al igual que el resto del entorno.

Por tanto y como resulta casi obvio, el objetivo principal de este proyecto es la restauración ambiental de este entorno y la recuperación funcional y arquitectónica del molino. Para ello, se van a realizar acciones para devolver la batimetría original del caño, se va a restaurar el muro original que delimitaba el antiguo muelle del puerto y se va a trabajar en la edificación del molino y especialmente de los mecanismos hidráulicos del mismo -arcos inferiores y compuertas de marea, así como de los mecanismos de molienda-.

El trabajo en la zona colindante se realizará mediante la adecuación paisajística del entorno, con una propuesta de actuaciones que permita compatibilizar el uso público del frente urbano con la conservación de un entorno de alto valor histórico y ambiental, mediante la potenciación del uso público y didáctico de los elementos de interés arquitectónico, histórico y cultural.

Con la recuperación de las estructuras de funcionamiento del molino y de delimitación del antiguo muelle se abre así la posibilidad de dar a conocer una parte muy importante del patrimonio histórico del municipio, precisamente el objetivo anteriormente mencionado por el alcalde, consistente en lo referente a la cultura de la sal, arraigada en La Isla.

Pero, aún deben responderse más preguntas, además de las ya contestadas del cuándo, el dónde y el qué. ¿Cómo se llegará hasta el molino? ¿Cómo podrá visitarse?. Para ello, será necesario definir los accesos desde el casco urbano de la localidad, creando para ello una continuidad entre los paseos y calles adyacentes con el entorno del molino. ¿Y cómo se informará? Debe elaborarse, así informa Costas, el diseño de una estrategia informativa repecto a contenidos y localización. Ésta deberá ser tanto de carácter histórico como medioambiental. Así, el visitante no sólo conocerá el molino de mareas y su entorno tal como fueron concebidos, sino que también aprenderá por qué y para qué esa estructura estaba ahí.