Hasta once centros educativos de la ciudad contaron ayer con efectivos de la Policía Local para regular el tráfico a la entrada y la salida de sus alumnos. Se pretendía evitar de esta forma situaciones de peligro en los aledaños cuando conviven menores y vehículos a las puertas de estas instalaciones. "En 25 años no se había realizado nada parecido", explicaba en torno a las dos de la tarde en las inmediaciones del colegio La Ardila el concejal de Seguridad Ciudadana, Jaime Armario. Se trata de un paso más en los planes para hacer más cercana la Policía Local a la ciudadanía.

Poco menos de dos meses hace que se puso en marcha la Policía de Barrio y el trabajo comienza a dar sus frutos. La experiencia piloto iniciada en la zona de Madariaga, la barriada Olmo y Puerto de Palos permitió la primera toma de contacto de los policías que diariamente mantienen una relación directa con los vecinos y el vecindario en sí. Dos agentes se encargan de hacer visible la presencia policial, para evitar actos vandálicos y daños al mobiliario urbano, para evitar problemas de tráfico y seguridad vial y para tomar nota de problemas y demandas de los ciudadanos y mediar en los conflictos que surjan. "Ya el balance que se hizo al primer mes, con asociaciones y entidades fue satisfactorio", recalca el edil socialista. De hecho, de las 183 diligencias que se contabilizaron ese primer mes (del 8 de octubre al día 8 de noviembre) el 50% ya están resueltas. Según los datos aportados por el Ayuntamiento, la mayoría se ha centrado en asuntos relacionados con desarrollo sostenible, vías y obras y señalización. Entienden desde el gobierno local que este enlace directo con la ciudadanía le permitirá conocer los principales problemas que afectan a cada barriada.

La intención municipal es ampliar esta práctica a toda la ciudad que se dividirá en dos grandes sectores y hasta cuatro distritos para optimizar recursos y por tanto el funcionamiento del programa. Por el momento, además de en la zona de Madariaga, se ha continuado con los planes en la zona de La Ardila. Desde el día 16, matizan desde el equipo de gobierno, los agentes de la Policía Local han sumado el área de La Ardila a esta nueva manera de ejercer sus funciones. "En este segundo mes ya está en marcha la policía de barrio en La Ardila, Blas Infante y barriada Andalucía", puntualizó Armario.

Desde el miércoles, de todos modos, se ha dado un paso más en el servicio que la Policía Local ofrece a la ciudad, al controlar también estos agentes de barrio el tráfico que se produce en los aledaños de varios centros educativos en la entrada y salida del alumnado. Un total de once colegios e institutos se benefician de esta medida. Son La Ardila, Servando Camúñez, San Ignacio, Puente Zuazo, Arquitecto Leoz, Almirante Laulhé, Andalucía, La Salle El Carmen, Compañía de María, Liceo y el IES Sancti Petri. En el colegio La Ardila -donde el concejal responsable comprobó ayer mismo cómo se desarrollaba la actuación- los agentes observan el movimiento de vehículos en la vía a la que dan las dos puertas por las que salen los menores. "Depende de la afluencia de coches, de cómo fluye, se actúa en consecuencia. La idea no es realizar un corte del tráfico, sino estar pendientes cuando haya que parar a los vehículos para que los alumnos puedan cruzar la calle de forma segura", exponía uno de los agentes que observaba cómo se desarrollaba el dispositivo.

"Hemos solventado una demanda histórica de los vecinos, los centros escolares y las asociaciones de madres y padres", recordó Jaime Armario. Hasta ahora el control de la circulación coordinado con los horarios de entrada y salida de los centros educativos habían sido acciones puntuales, "que sólo cubrían las necesidades en este sentido en uno o dos centros y de manera esporádica", matizó. Por el contrario el dispositivo que funciona desde mediados de semana supone una cobertura "inédita" al desarrollarse prácticamente de manera simultánea en once colegios e institutos distintos. "Queremos agradecer la participación de los agentes en estas tareas. Hay que destacar el gran esfuerzo que realizan y la plena disposición tanto de ellos como de los mandos", comentó.

La disposición de los efectivos se lleva a cabo sobre todo a través de los agentes de la policía de barrio, aunque para ampliar esta cobertura se cuenta con la patrulla fija que realiza labores de control en la calle Real -que se habilitó recientemente-, así como con los agentes para los servicios de inspección o los destinados al mercado de San Antonio, que amplían su cometido al colegio Andalucía.

La implicación de la Policía Local con los centros educativos no sólo se traduce en estas labores de regulación de tráfico, sino también en las visitas y las entrevistas con responsables de los colegios para conocer sus necesidades. Así ha sucedo con la dirección de los colegios Casal Carrillo, Servando Camúñez, San Ignacio y las guarderías Blas Infante, La Pradera y El Parque. Es más, algunos de estos centros han pedido que se amplíe las zonas de salida, una nueva señalización o mejoras en los aledaños "que ya se están llevando a cabo". También han solicitado acciones de educación vial para los niños.