José Suraña ha cumplido ya 42 años de servicio, de los cuales más de 32 ha sido el jefe de la Policía Local isleña. Dentro de unos días se jubilará y dejará definitivamente su despacho en la Jefatura de la avenida San Juan Bosco. Allí, en estas dependencias municipales, sus compañeros han hecho ya el hueco de honor para colgar su retrato junto al del resto de los mandos que ha conocido el cuerpo. "Ya han puesto el espiche en la pared. Solo falta colgar el cuadro", explicaba ayer Suraña a este periódico, apenas unas horas antes de participar en un multitudinario almuerzo de homenaje con el que la plantilla le despidió en el Club Naval de Oficiales. "Parece una boda", comentaba de broma al referirse a la larga lista de invitados.

Suraña ha sido el jefe de la Policía Local que más tiempo ha estado en el cargo y es, probablemente, uno de los más antiguos que existe en toda España. Al menos, eso es lo que se dice en la Jefatura. Al frente de este cuerpo municipal ha conocido a cuatro alcaldes: Avelino Arias, Antonio Moreno, Manuel de Bernardo y José Loaiza. Su jubilación, de hecho, coincide con la llegada de la nueva regidora, Patricia Cavada. Pero además, Suraña ha sido prácticamente el único jefe de la Policía Local que el Ayuntamiento isleño ha tenido durante toda la etapa democrática (aunque también estuvo provisionalmente Manuel Bancalero durante cuatro años). Le tocó, como tal, la complicada tarea de consolidar, modernizar y dar forma al cuerpo de la Policía Local dentro del nuevo marco constitucional, adaptarlo a los nuevos tiempos, dotarlo de una adecuada formación, solventar sus carencias, buscar una nueva sede... Lo que hoy es la Policía Local de San Fernando se debe en gran medida a su esfuerzo. Y eso que cuando llegó, el 29 de marzo de 1983, pensaba que iba a estar de paso, solo por un tiempo. Era inspector jefe de la Policía Nacional y había dado el salto -un salto sorprendente e inexplicable entonces para sus compañeros, que consideraban un desprestigio pasar de un cuerpo a otro- por razones estrictamente familiares.

"Había estado destinado en Madrid, en Santa Cruz de Tenerife, en San Fernando, donde estuve de jefe de la brigada judicial, y en Sevilla", recuerda. "Yo, el día que me cambié de cuerpo, lloré. Esto era otro mundo. A mí me gustaba la investigación, por eso había querido ser policía. Mis compañeros me preguntaban si no me daba vergüenza irme". Así que lo que Suraña pensaba allá por los 80 era en irse en cuanto tuviera la oportunidad para continuar su carrera en la Policía Nacional. Pero algo le hizo cambiar radicalmente de opinión para quedarse más de 30 años en el cargo. A medida que fue amoldándose al trabajo, que fue poniendo en marcha a una nueva Policía Local, que fue dando forma a la plantilla, descubrió que la faena le gustaba. Era un reto. Prácticamente tenía que crear un nuevo cuerpo de la Policía Local desde cero y prepararlo para el futuro. "Todo era muy pobre y no había dinero para nada. Las condiciones en las que estaba la Policía en el Ayuntamiento eran lamentables. Así que empecé a pedir condiciones: más efectivos, vehículos, vestuarios, equipos... Y tengo que decir que me las fueron aceptando. Poco a poco se fue mejorando y modernizando el cuerpo y eso me sirvió de acicate para continuar", explica.

De 48 agentes se pasó a contar con más del doble, hasta llegar a 114. "Ahora hemos bajado algo, pero vamos a volver a la misma cifra cuando se cubran las plazas que se han convocado. Lo ideal, para San Fernando, sería tener unos 150 agentes como mínimo. Hace falta más personal pero respondemos a la gente. El nivel, además, es muy alto. Los agentes están muy formados. Y desde 2003 tenemos una Jefatura en condiciones y ampliamente equipada".

Dicen de Suraña que el secreto para haber estado tanto tiempo en el cargo y haber sido el jefe de la Policía Local con cuatro alcaldes diferentes está en su talante. "He intentado siempre ser equilibrado y sereno, discreto y profesional", apunta en este sentido.

Habla también el intendente jefe del valor de proximidad que para los ciudadanos tiene la Policía Local. "Es algo que no se ve. Se conoce más la parte más ingrata del trabajo, la de las multas. Pero hay multitud de servicios y numerosos informes diario de los trabajos que hacen los agentes de la Policía Local. Y hablo de trabajos humanitarios, de estar al lado de los ciudadanos, para socorrerlos cuando, por ejemplo, se cae una persona mayor que vive sola y nos avisan los vecinos. Son trabajos que los ciudadanos luego agradecen y valoran". Puede que parezcan cosas sin importancia, explica, pero no lo son. Ahí está -apunta- la Policía Local para intervenir, ayudar a esos vecinos, llamar a los bomberos para abrir la puerta, avisar a los servicios sanitarios... Y eso ocurre a diario.

Suraña asegura que se marcha muy satisfecho con el trabajo realizado y con la cabeza muy alta tras más de treinta años de servicio. "Hemos estado siempre en la brecha. Nunca nos hemos quedado atrás en nuestro papel. Y hoy la Policía Local cuenta con una sólida plantilla, bien formada, una adecuada infraestructura y equipos".