Casi cuatro años han pasado desde la última vez que el Castillo de San Romualdo abrió sus puertas para mostrarse por dentro y más de ocho lleva inmerso en unas costosas obras de rehabilitación a las que todavía les queda trabajo por delante. Pero la actuación, que no deja de ser una obra faraónica que permitirá a La Isla recuperar uno de sus edificios históricos más emblemáticos, vislumbra ya su final, sus últimos pasos.

Y a finales de año -aunque todavía queden fases por afrontar en el futuro- el Castillo podrá abrir al público y podrá empezar a ser utilizado para la celebración de actividades culturales, que en definitiva es lo que interesa a los ciudadanos. Así lo aseguró ayer el alcalde, José Loaiza, que acompañado del arquitecto que se ha responsabilizado de la actuación desde sus inicios, José Carlos Sánchez, visitó las obras de la última fase que se ha puesto en marcha y que ya están en su recta final.

Los trabajos -adjudicados por 717.969,25 euros a la UTE (Unión Temporal de Empresas) integrada por las mercantiles Hernaprom SL y Emilio Torres Olmo- empezaron en la pasada primavera. La inversión que ha permitido retomar la actuación tras un prolongado parón de varios años procede de los fondos europeos que gestiona la Diputación Provincial, como puntualizó Loaiza.

Esta última fase, concretamente, consiste en la terminación de los trabajos de restauración del Castillo, donde se están trabajando de manera especial los acabados en el interior del inmueble. También se está llevando a cabo la adecuación del patio interior para dar cabida a montajes escénicos en el futuro -es, de hecho, una de las posibilidades a las que aludió el alcalde al referirse a ese uso como equipamiento cultural que llegará a finales de año- y se ha dotado al edificio del sistema de canalizaciones y espacios técnicos que permitirán en el futuro las instalaciones previstas para su uso museístico. Loaiza, por su parte, apuntó incluso a un uso administrativo para estas instalaciones que se compaginaría con el cultural.

La idea que baraja el equipo de gobierno, en todo caso, es que en cuanto las obras de esta última fase lleguen a su término el Castillo pueda empezar "a ser utilizado por los isleños" con independencia del uso definitivo que se le vaya a dar desde el Ayuntamiento cuando la intervención se complete en su totalidad. Loaiza, en este sentido, se refirió al "amplio abanico de posibilidades" que brinda este patrimonio recuperado para La Isla y, de manera especial, el patio. También aludió a la fase definitiva que permitirá la adecuación de San Romualdo con un uso museístico, para la que el Ayuntamiento tendrá que seguir buscando ayudas económicas.