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San Fernando

Camposoto no se negocia, por ahora

  • En 2002 se firmó la desafectación de 340.000 metros cuadrados de suelo en Camposoto Hoy se descarta su recuperación, el tema ni siquiera forma parte del diálogo con Defensa

De Camposoto no se habla. Por ahora, Defensa descarta plantearse la desafectación de estos terrenos que La Isla pretende desde la década de los 90 y que vuelven a cobrar actualidad y a adquirir cierto protagonismo cada vez que se acercan las elecciones.

Hace una semana lo reconocía el alcalde, José Loaiza, durante el debate del último pleno ordinario del curso político. A diferencia de otros temas en los que sí se ha conseguido avanzar -como ocurre con Janer y con los polvorines de Fadricas- Camposoto no está sobre la mesa. "Ya en la primera reunión que tuve con Defensa como alcalde en julio de 2011 la entonces directora general de Infraestructura, Mónica Melle, del PSOE, lo advirtió", recordó en este sentido el regidor a los miembros de la Corporación Municipal hace apenas unos días.

Camposoto no se negocia, no está en la agenda, aunque sigue hablándose de su futuro desarrollo turístico, un viejo anhelo ligado al despegue de la ciudad y condicionado ahora por la redacción del nuevo Plan de Protección del Litoral.

Camposoto sigue siendo del Ejército de Tierra aunque la incertidumbre generada ante la continuidad del CEFOT isleño (Centro de Formación de Tropa-2) crece entre los propios militares a medida que se propagan y desmienten los rumores sobre su posible cierre en pocos años. Y mientras, en Cáceres, la ciudad cierra filas en defensa de la permanencia de las instalaciones que allí se encuentran ubicadas, el otro Centro de Formación de Tropa que existe en España y que, como el isleño, aspira a convertirse en el único que quede cuando se complete la reorganización de las Fuerzas Armadas.

El acuartelamiento, a diferencia de lo que ocurre con otras instalaciones militares asentadas en La Isla, sigue teniendo una importante actividad. Y el Gobierno municipal ha dejado bien claro en más de una ocasión la importancia que tiene para la economía local que el número de nóminas adscritas a Defensa que luego repercuten directamente en la ciudad no descienda más de lo que ya lo ha hecho en los últimos años. Especialmente cuando no hace mucho sonaban rumores de otros posibles cierres o traslados de instalaciones militares y en medio de una coyuntura económica tan complicada como la actual, que tiene que lidiar también con el difícil panorama que atraviesa el sector naval, el otro gran pilar histórico de San Fernando.

En este contexto acaban de cumplirse doce años -el tiempo de tres mandatos completos- de un acuerdo que en su día se tildó de histórico pero que, a la postre, ha quedado relegado a un episodio meramente accidental de la historia más reciente de La Isla: el protocolo de intenciones que el Ayuntamiento y el Ministerio de Defensa suscribieron el 30 de julio de 2002 para iniciar la desafectación de terrenos militares en la ciudad, un acuerdo que incluía la totalidad de los polvorines de Fadricas, el acuartelamiento de Janer y, en una primera fase de unas negociaciones que esperaban ser mucho más amplias, 340.000 metros cuadrados de suelo de Camposoto (toda la franja colindante a Gallineras, para la que se preveía un desarrollo hotelero cercano al Parque y la playa).

Nada de eso llegó durante años. Y los recientes avances en Janer o los polvorines vinieron por otras vías. En el caso de Fadricas incluso tras un largo enfrentamiento judicial contra Defensa a causa de la reserva de suelo que promovió el equipo de gobierno en 2007 y que finalmente se resolvió a favor del Ayuntamiento. El desarrollo de este suelo, hoy día, sigue siendo uno de los grandes retos pendientes que San Fernando tiene como ciudad de cara a su futuro. Y también se ha visto condicionado por el Plan de Protección del Litoral, ahora pendiente de la resolución de las alegaciones.

Janer, adquirido por el Consorcio de la Zona Franca de Cádiz el año pasado, es -doce años después- el tema que está más avanzado. Acaba de aprobarse el plan especial y en breve se dará salida a los proyectos de reparcelación y de reurbanización con la idea de afrontar el comienzo de las obras del parque comercial allí previsto "en escasos meses", según advirtió hace una semana el delegado de Desarrollo de la Ciudad, el concejal Ángel Martínez.

Y en Camposoto, como antes se ha advertido, no se ha liberado ni un solo metro cuadrado de suelo en estos doce años. De su posible desafectación ni se habla en las negociaciones que mantienen el Ayuntamiento y el Ministerio de Defensa, que prefieren avanzar en otros temas.

Recientemente, el uso militar de estos suelos ha vuelto a cuestionarse ante la necesidad de abordar una reordenación de los accesos a la playa isleña, un tema que ha avivado la reivindicación en torno al uso de la franja del litoral que todavía está en manos de Defensa y la desaparición del campo de tiro que allí se emplaza.

El PP, desde el Gobierno local, ha matizado la cuestión: es posible llegar a un acuerdo con Defensa para hacer uso de este tramo de la playa que todavía hoy está vetado a los ciudadanos pero -afirma- plantear su desafectación sería un error.

Janer, si todo marcha según el calendario previsto, será el primero de los suelos recogidos en el acuerdo que afrontará un nuevo desarrollo. Lo hará doce años después del famoso protocolo suscrito con Defensa. El resto tendrá que seguir esperando.

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