El Ayuntamiento aguarda desde hace semanas la autorización de Cultura para acometer obras de urgencia en el Palacio Consistorial. Esta medida, avanzada por el alcalde, José Loaiza, ha sido adoptada ante el avanzado estado de deterioro de las cubiertas del histórico inmueble, que hace tiempo que reclaman una intervención de urgencia para frenar su mal estado.

No es la primera vez que el Gobierno municipal advierte de este grave problema que presenta el Ayuntamiento. Ya en el dictamen técnico que Loaiza encargó a principios de mandato para afrontar la revisión del proyecto de rehabilitación se advertía del mal estado de las cubiertas. El edificio -asegura el informe- es "seguro", pero su situación actual "no debe prolongarse por más tiempo ya que existen patologías ruinógenas relacionadas con la filtración de agua y fallos en la evacuación, fundamentalmente".

La situación deviene lógicamente del deterioro que el edificio monumental ha sufrido con el paso del tiempo, un problema que sin embargo no se zanjó del todo cuando en 2007 se abordaron las obras de consolidación. Esta primera intervención, que se llevó a cabo una vez consumado el desalojo del Consistorio, solucionó las cuestiones más urgentes, entre ellas, las grandes grietas que recorrían la fachada. El inmueble se preparó para su rehabilitación integral, que estaba por venir. Pero la actuación de 2007 partía de la premisa de que esta segunda intervención -la definitiva- no tardaría en dar comienzo, con lo que técnicamente era aconsejable no avanzar en algunas cuestiones para agilizar la marcha posterior de las obras. Incluso se podría interferir en su desarrollo. No fue así, como es sabido. La gran actuación no siguió a las obras de emergencia, como se pretendía. Y siete años después todavía se espera esta rehabilitación: ni el proyecto está claro ni se cuenta siquiera con una probable fecha para el inicio de los trabajos. Así que estas cuestiones que las obras de consolidación dejó inacabadas en 2007 se han convertido ya en un problema de primer orden que el Gobierno municipal quiere solucionar antes de que expire el mandato.

El dictamen técnico que obra en manos del equipo de gobierno apuesta por acometer con carácter inmediato un conjunto de actuaciones necesarias y urgentes a corto plazo que permitan frenar el avance de ese deterioro. Los trabajos a realizar a la mayor brevedad se centran en las cubiertas del edificio histórico. Según este estudio, habría que levantar todas las cubiertas, sustituir todos sus forjados metálicos, sellar temporalmente todos los accesos posibles de agua (monteras de cubierta y carpintería de ventanas) y rehacer dichas cubiertas con un nuevo trazado de los faldones y recogida de pluviales. Habría también que identificar, cegar en su caso y rehacer la red de saneamiento de pluviales. También -añade- habría que desalojar el inmueble en su totalidad y completar la demolición de elementos ligeros que dificultan la lectura del estado actual: falsos techos, instalaciones, tabiquerías.

La actuación, al tratarse de un Bien de Interés Cultural (BIC), precisa inicialmente de la autorización de Cultura, administración a la que el Ayuntamiento ha presentado un proyecto en este sentido que ha redactado el área municipal de Desarrollo de la Ciudad (Urbanismo).

"Se trata de actuar en la cubiertas del Ayuntamiento para frenar su deterioro y evitar que empeore el estado del edificio", ha explicado el regidor al advertir que, a pesar de tratarse de una actuación de urgencia, el Gobierno municipal lleva ya varias semanas a la espera de una contestación por parte de la Junta.