San Fernando

Una playa de Camposoto con buena arena

  • Este año los ciudadanos pueden disfrutar de la playa del Castillo con la llegada del buen tiempo sin los problemas de falta de arena que sufrió el año pasado por los temporales

Más allá de este fin de semana cuando la temperatura ha bajado, el cielo ha estado cubierto y ha caído alguna gota, los ciudadanos y visitantes han podido disfrutar de unos días de playa con el buen tiempo del resto de la Semana Santa. Sin servicios, pues no se colocan hasta que no comienza la temporada de baño estival, quienes han acudido a Camposoto han encontrado una playa mejor tratada por el invierno pasado y la época de temporales a diferencia del año anterior cuando esta parte del litoral isleño quedó pelado por los fuertes vientos y mareas que empujaron la arena hacia la zona de dunas, el caño y más atrás en la línea de Costa y la arrastraron hacia el interior del agua. El aporte extra de arena que fue necesario el año pasado no parece esencial esta vez, al menos a ojo, de cara a dejar preparada la playa del Castillo para este verano.

La pérdida de arena había dejado al descubierto el año pasado las bolsas fangosas que se distribuyen por algunos puntos de Camposoto. De hecho, en la última entrada, la que utilizan las máquinas de recogida de basura y limpieza y las de mantenimiento (así como cuanto vehículo deba acceder a este espacio natural) se puede apreciar una superficie, de escasa extensión eso sí, como la que otras veces se ha percibido a lo largo de la playa. El escaso movimiento de las arenas ha dejado, sin embargo, en la superficie aquella más oscura, aunque es previsible que los vientos arrastren de vuelta desde el cordón dunar arena blanca suficiente para cubrir aquella más negra, de forma que quede una playa limpia. De hecho, entre semana podía verse trabajar a una máquina que rastrillaba la arena y la devolvía más suelta al lugar mientras avanzaba. La levedad de la época invernal se aprecia en el caño, sin desperdicios como pudiera verse el año pasado, o en la primera pasarela de la playa, donde el año pasado había un escalón pronunciado y peligroso para poner los pies en la playa.

A quienes suelen aprovechar la playa para pasear, correr o hacer alguna práctica deportiva, se sumaron otras personas animadas por el buen tiempo. Otras optaron por bajar con todos los bártulos playeros, silla, sombrilla y bolso de playa, además de los juguetes para los más pequeños. Algunos llegaron en coche y no tuvieron problemas para aparcar, aunque otros decidieron caminar hasta Camposoto o recorrer el itinerario entre sus casas y la costa en bicicleta. Pocos se han animado muchos días antes de las doce de la mañana y la playa ha comenzado a llenarse en horas más allá del mediodía durante la semana. El jueves y el viernes, sin duda, han sido los días más concurridos, además de por ser los días de más calor, por ser jornadas festivas. Quienes se esforzaban en sacudir la arena de sus pies antes de abandonar el lugar echaron de menos equipamientos de playa como los lavapiés, incluso fuentes, y duchas para quitarse el salitre los más atrevidos que se lanzaron al agua.

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