El delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz, anunció ayer que la obra de instalación de la barrera de seguridad del río Guadarranque para hacer frente al tráfico de drogas en el término municipal de San Roque "marcha mejor de lo previsto", por lo que "estará lista a finales del próximo mes de octubre si todo transcurre con normalidad".

Sanz visitó la obra en la desembocadura del río Guadarranque junto con el subdelegado del Gobierno en Cádiz, Javier de Torre, y allí explicó que el proyecto, que cuenta con un presupuesto de 231.394 euros y está siendo ejecutado por la entidad pública Tragsa mediante una encomienda de gestión, consiste en construir una barrera de seguridad conformada por un sistema de 25 pilotes de acero de 80 centímetros de diámetro y 1,2 centímetros de espesor rellenos de hormigón y fijados sobre el lecho del río aproximadamente a una profundidad de hasta 15,10 metros para mantener su verticalidad y con un separación entre sí de unos 2,4 metros.

"Tras ver el trabajo desarrollado en las últimas semanas desde el lado de Los Barrios al de San Roque", dijo, "los 25 pilotes colocaos en zigzag para evitar la entrada de narcoembarcaciones o motos de agua estarán fijados para la próxima semana".

Sanz comentó que los técnicos le habían informado de que a medida que avanza la colocación de los pilotes, ésta resulta menos complicada. "Lo más dificultoso es la alineación de los pilotes", precisó Sanz. El ritmo de colocación diario, añadió, es de seis a siete. Hasta el momento se ha finalizado la primera fase: han sido colocados 19 de los 25 pilotes, por lo que sólo quedan seis.

Respecto a la fisonomía de la ataguía o mota, el delegado del Gobierno explicó que ésta va a pasar de los 60 metros actuales a 90 metros; es decir, 30 metros más, creados a partir de reducir de diez metros a cinco la anchura de los 60 metros actuales. El cauce del río, indicó Sanz, "varía sólo con la marea, por lo que para facilitar el paso mareal se están construyendo dos pasos; por un lado, una tubería de un metro; por el otro, un paso libre de cuatro metros". El siguiente paso, una vez colocados los 25 pilotes, es la instalación de los tubos transversales metálicos que los unirán por dos alturas diferentes, dependiendo de la profundidad del río y la variación del nivel del agua entre pleamar y bajamar.

Antonio Sanz señaló que desde el punto de vista de la impermeabilización, "no será posible el paso de ninguna embarcación, ya sea tipo lancha o moto acuática. Se ha procurado que el sistema ofrezca una gran resistencia a los ataques externos".