Los toros del Aleluya, Embolao y de Cuerda protagonizaron ayer un Domingo de Resurrección que concentró a miles de personas en las calles y plazas de las localidades de Arcos, Benamahoma, Vejer, Paterna y Los Barrios. Un lleno absoluto que, sin embargo, no acarreó incidencias graves. Las sueltas de astados que tuvieron lugar ayer en los festejos celebrados en estos municipios de la Sierra, La Janda y Campo de Gibraltar dejaron sólo heridos leves.

Así, Arcos celebró sin incidencias notables las sueltas del Toro del Aleluya, que abarrotó sus calles de vecinos y visitantes. El festejo se saldó con el balance de un herido leve por asta de toro. El hombre, vecino de la misma localidad, recibió una cornada en una pierna del primero de los morlacos que salió a las calles y fue desplazado hasta el hospital de campaña que la Cruz Roja levantó en las inmediaciones del recorrido, donde recibió las primeras curas. Con posterioridad fue trasladado a un centro hospitalario cercano.

A excepción de este percance, los servicios sanitarios no tuvieron que intervenir por asta de toro, si bien sí atendieron a corredores que sufrieron algunas caídas o tropiezos.

Por lo demás, los dos encierros programados para despedir el Domingo de Resurrección en Arcos discurrieron con normalidad, concentrándose en las calles del municipio miles de personas. Y eso que en las primeras horas de la jornada la climatología estuvo desapacible, pero no impidió que hasta Arcos se desplazaran decenas de visitantes para participar de las sueltas.

El primer toro en salir a la calle fue Librillo, con 570 kilos, pelo colorado y de la ganadería Peñajara. El astado salió a las doce de la mañana tras los tres chupinazos de rigor y la venia del alcalde. El morlaco, que salió del cajón instalado en la calle Gomeles, dio más juego que el segundo, ya que recorrió, hasta en dos ocasiones, el trayecto desde esta vía hasta la calla Corredera y viceversa. Una hora más tarde, Librillo fue ensogado por el dispositivo de protección que el Consistorio pone cada año para garantizar la seguridad, de manera que fue devuelto otra vez a su cajón.

Sobre las tres de la tarde hizo su aparición Olímpico, de pelo bragado, con un peso de 510 kilos. Este astado salió desde la calle Corredera, pero prácticamente no se movió del sitio. A las cuatro de la tarde se devolvió a su cajón y Arcos daba por concluida la suelta de los toros, dando paso a la diversión en sus calles.

En Benamahoma, la suelta del primer toro se tuvo que suspender abruptamente, ya que el astado falleció unos quince minutos después de salir a la calle debido a un golpe que se dio contra las vallas de protección, que se instalan cada año para garantizar la integridad del público. El toro falleció en el acto tras intentar embestir a uno de los mozos que lo corría con tan mala fortuna que se golpeó contra el vallado metálico. Este toro salió a las doce y media de la mañana. Más público congregó el segundo de los astados que forman parte del Toro de Cuerda de Benamahoma. Salió sobre las seis y media de la tarde y no hubo incidentes de importancia.

Por otra parte, tres heridos de diversa consideración dejaron los tres toros del Aleluya de Paterna y dos los Embolaos de Vejer, tras las suelta que se vivió este fin de semana en la comarca de La Janda.

Es el balance que han dejado tras de sí los cinco astados que se han soltado desde la una de la madrugada del sábado al domingo en tierras paterneras, hasta las siete de la tarde de ayer en Vejer, donde su salida se pospuso tres horas más tarde en el primero, y dos horas después de lo inicialmente anunciado en el segundo, dadas las malas condiciones meteorológicas que se vivieron, con una lluvia no muy intensa, pero que sí calaba.

Por ello, en la localidad vejeriega se convocó una reunión extraordinaria de la Junta Local de Seguridad y de la Comisión de Fiestas del Ayuntamiento que decidió retrasar las salidas de los toros embolaos: Escopetita, de 510 kilos, previsto para los doce del mediodía; y Manchador, de 506 kilos, previsto para las cuatro de la tarde. Este toro sustituyó a última hora a Risitos, de 525 kilos de peso, cuya presencia se había anunciado pero se anuló tras sufrir una lesión en el campo.

Este segundo astado de Vejer, aunque dio pocas carreras desde su salida en la barriada de San Miguel, sí dio con dos corredores, que los envió al centro de salud para que fuesen atendidos de diversos golpes, aunque ninguno de ellos de suma importancia como para remitirlos al hospital de referencia en Puerto Real.

En el caso de Paterna, el primer herido lo dejaba Fullero, un astado de la ganadería de los Herederos de Cebada Gago, quien cogía a uno de los participantes y le provocaba una pequeña herida en la zona inguinal que se resolvió por el equipo médico, sin precisar traslado al centro hospitalario. Este participante, se adentró sobre el recorrido, a muy poca distancia del astado, que en una simple carrera lo alcanzó de espaldas, golpeándolo primero sobre las barreras de seguridad y luego izándolo con los cuernos por la entrepierna y volviéndolo a zarandear durante unos segundos, que para el propio protagonista -como para el resto de corredores que intentaba auxiliarlo- se hacían eternos.

Tampoco precisaron la evacuación al hospital los dos contusionados de diversa consideración que dejaron los astados Barbero y Estudioso, soltados a las 13:30 y 14:30 horas, respectivamente, de ayer, Domingo de Resurrección.

De forma paralela, estas sueltas de toros en la comarca de La Janda han tenido una fiesta en las calles, que se ha prolongado hasta bien entrada la madrugada, lo que supone también una aliciente económico para los establecimientos de Paterna y Vejer, que desde comidas a la venta de bocadillos y refrescos, hacen incrementar sus ventas durante ambas jornadas de sábado y el domingo.

También Vejer celebró con gran éxito de público la cuarta Ruta del Retinto y la suelta de los toros de los niños, que llenó por completo la localidad el sábado.