Los cristales de las ventanas reventadas y la tizne negra impregnada en la pared en la segunda planta del edificio Ronda, en la céntrica calle Moreno de Mora, en Ubrique, eran ayer el signo exterior más evidente de la tragedia. En el interior, varios pares de guantes de látex en el rellano lo certificaban aún más. Un incendio en una vivienda de la segunda planta de este edificio, durante la madrugada, se saldó con la muerte de una de las tres ocupantes de la casa, una mujer de 52 años, de origen brasileño. Las otras dos, la hija de la fallecida y la nieta, de ocho años, fueron rescatadas ilesas por la Policía Local de Ubrique. Gracias a una pronta actuación de estos agentes, se permitió la evacuación de otras 12 personas más de este inmueble de cinco plantas, que no sufrieron tampoco ningún daño.

El incendio se produjo pasadas las dos y media de la madrugada en la habitación de la fallecida, cuyo nombre se corresponde con las iniciales C.E.B. Las llamas se propagaron rápidamente al resto de las estancias de la vivienda, en la que dormían a esa hora la hija y nieta de la víctima. Aunque aún no se sabe cuáles fueron las causas que originaron el fuego, las primeras hipótesis apuntan a que, supuestamente, la finada habría provocado el siniestro. Un extremo que no está confirmado y que determinará la investigación que la Guardia Civil tiene abierta.

Tras los hechos, la mayoría de las familias evacuadas, que a esa hora dormían, fueron realojadas en un hotel de la localidad y otras pasaron la noche con sus familias. Ya de mañana, los afectados pudieron acceder con normalidad a sus viviendas, que no sufrieron desperfectos mayores ya que la diligente actuación de la Policía Local permitió que no se propagarán las llamas por el interior de la escalera y zonas comunes del edificio, al cerrar los agentes la puerta exterior de la casa donde se originó el fuego después de rescatar a las dos ocupantes vivas. Y es que la Jefatura de la Policía Local se encuentra frente por frente de este edificio y a escasos ocho metros de distancia del  mismo. Así que agentes de este cuerpo fueron los primeros en acudir debido a que la misma hija de la mujer fallecida los alertó pidiendo auxilio, a través de una de las ventanas de su casa que dan a la calle. Al instante se personaron varios policías que, tras una inspección, comprobaron que había una mujer fallecida junto a la cama de uno de los dormitorios, que estaba en llamas. Decididamente, rescataron a las otras dos ocupantes de la casa y dieron la voz de alarma al resto de vecinos, que salieron por su propio pie a la calle. Los bomberos se emplearon a fondo hasta acabar con el fuego. Durante la evacuación hubo que forzar la puerta de la vivienda contigua a la siniestrada porque no se sabía si su propietario se había enterado o no de que tenía que salir a la calle. Por suerte, no se encontraba en esta residencia esa noche. "Ha sido un susto muy gordo", confesaba una de las vecinas del inmueble, que reside con su hijo de tres años. "Estábamos acostados y me despertaron las voces de la niña gritando: ¡mi abuela!, ¡mi abuela!. Me asomé a la escalera y observé a un policía que llevaba en brazos a la niña y gritaba que nos fuéramos a la calle. Salí con mi niño hasta la Jefatura, donde nos refugiamos", explicó, con el susto aún reflejado en el semblante. El cuerpo de C.E.B fue trasladado hasta el Instituto Anatómico Forense para practicarle la autopsia. La fallecida era conocida y se ayudaba de un vehículo para personas con movilidad reducida por problemas en las piernas. Contaba con doble nacionalidad y llevaba 19 años residiendo en España. El Ayuntamiento lamentó este hecho y agradeció la pronta atención de la Policía Local y los Bomberos, así como la ayuda de los servicios sanitarios y la Guardia Civil.