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Provincia de Cádiz

La ITI sale del horno

  • La Junta desvela sus primeros proyectos para que eche a andar una iniciativa que ha sido concebida para cambiar la fisonomía laboral de la provincia de Cádiz.

Si al final la ITI acaba siendo un fracaso, el vicepresidente de la Junta de Andalucía, Manuel Jiménez Barrios, puede coger una depresión de caballo. Y es que a ilusión con este proyecto, no le gana nadie. Lo demostró hace ahora un año y medio, cuando presentó en sociedad esta Iniciativa Territorial Integrada en el transcurso de un desayuno informativo del Grupo Joly celebrado en el hotel Parador Atlántico de Cádiz; lo ha venido reiterando insistentemente durante todo este tiempo en el que esta idea se ha venido amasando; y lo repitió una vez más ayer, cuando la Junta decidió que ya había llegado la hora de sacar la ITI del horno. "Es una oportunidad de oro para esta provincia, pero debemos estar todos juntos para que dé sus frutos", subrayó ayer con énfasis el político chiclanero.

Se trata ahora de pasar de las palabras a los hechos. Se trata de afrontar el difícil reto de llevar a la práctica la bonita teoría de destinar más de mil millones de euros procedentes de los fondos europeos para cambiar la fisonomía laboral de la provincia. No serán pocos los gaditanos que se muestren incrédulos, porque la experiencia es la que es y aquí sabemos una enormidad de iniciativas generadoras de empleo (Pacto Territorial, Plemca, ATIPEs, Bahía Competitiva, etc.) que han acabado o bien en casi nada, o bien en fracasos rotundos o bien incluso en estafas millonarias. Pero la Junta -o, mejor dicho, Jiménez Barrios- prefiere no mirar atrás. Para encarar el futuro hay que mirar únicamente hacia adelante. Y ahí delante, nos dijo ayer, tenemos ya la ITI.

En líneas generales esta Iniciativa Territorial Integrada se puede definir como un gran saco en el que tanto el Gobierno central como la Junta de Andalucía van a depositar casi 1.300 millones de euros procedentes de sus fondos europeos pero destinados a comarcas con serios problemas sociolaborales e industriales. Y ahí entra Cádiz, una de las provincias con mayor tasa de desempleo de toda Europa, que va a recibir un trato preferente por parte de ambas administraciones públicas. De esos 1.300 millones de euros, a invertir antes del año 2020, el Gobierno de España anunció ya de manera oficial una inversión que rozará los 900 millones, mientras que la de la Junta de Andalucía rondará los 400. Pero mientras la Administración estatal aún no ha detallado en qué proyectos destinará su montante económico, la Junta de Andalucía sí ha dado ya este primer paso. Y lo hizo ayer, coincidiendo con la presentación en la capital gaditana de los Presupuestos de Andalucía para el próximo ejercicio.

La cifra inicial ya está clara: la Junta de Andalucía destinará en 2016 una primera partida cifrada en 78,7 millones de euros que tendrán como finalidad la puesta en marcha de un total de 71 proyectos o líneas de ayudas que son prioritarios o que pueden desarrollarse de forma más inmediata y que han sido propuestos y defendidos previamente por los agentes sociales, la Universidad de Cádiz (UCA) o las grandes industrias asentadas en el territorio gaditano.

Ocho consejerías del Gobierno que preside Susana Díaz se han involucrado. La que se llevará la parte más grande del pastel en este primer año (con 28,4 millones de euros) será, obviamente, la de Empleo. Pero también gestionarán pellizcos importantes otras áreas de gobierno como Fomento (14,2 millones), Agricultura (14 millones), Medio Ambiente (11 millones), Economía (6,5 millones) e incluso Cultura y Turismo, con 2,2 y un millón de euros, respectivamente.

A Jiménez Barrios le duele la boca de repetir lo mismo: la ITI no ha sido concebida para realizar arreglos en plazas o calles de determinados pueblos. Para eso ya hay otros planes específicos. Lo que aquí se busca es algo más ambicioso como el fomento de un nuevo modelo económico que marque el ritmo de la provincia para las próximas décadas. "El reto es que este nuevo marco sirva para crear elementos dinamizadores de la economía y herramientas que potencien los diferentes sectores. El reto es crear más valor añadido en esta provincia", sentenció el número dos del Gobierno andaluz.

De los 71 proyectos que la Junta ha englobado en su parte de la ITI (ver tabla adjunta), Jiménez Barrios desgranó una veintena de ellos. Hay de todo, como en botica. Se plantea, por ejemplo, diversas mejoras en los sistemas de regadíos y en las explotaciones agrarias; la apertura de una oficina de Extenda en el Campo de Gibraltar que favorezca aún más las exportaciones de productos gaditanos al albur del puerto de Algeciras; la explotación de infraestructuras turísticas y recreativas a desarrollar en lagos y embalses de la provincia; la modernización de espacios industriales y la llegada de internet de alta velocidad a enclaves industriales rurales; la puesta en marcha, en colaboración con la UCA, de un Centro de Transferencia Empresarial en el edificio del Olivillo de la capital gaditana -que lleva cerrado desde hace más de un cuarto de siglo-; o incluso determinadas actuaciones que tienen en el punto de mira la captación de turistas como, por ejemplo, el proyecto de reconstrucción del poblado de Sancti Petri (en Chiclana), la construcción de los museos respectivos de Camarón de la Isla (San Fernando) y Paco de Lucía (Algeciras) o la finalización de la recuperación del Teatro Romano de Cádiz.

Pero el proyecto estrella, la niña mimada de la ITI en lo que a la Junta respecta, tiene nombre y apellido: será el Centro de Fabricación Avanzada en Aeronáutica y Naval, que se ubicará en suelo de Puerto Real. Una cantidad de 5,5 millones de euros es lo que se prevé invertir a lo largo del próximo ejercicio para empezar a hacer realidad la ambiciosa idea de que la Bahía de Cádiz se convierta en un referente nacional y europeo para los sectores aeronáutico y naval. Su objetivo es muy claro: que las principales empresas de ambas ramas industriales, así como sus principales proveedores y la industria auxiliar, cuenten con un espacio físico que estará dotado con tecnología de primer nivel que les permitirá investigar y crear nuevas herramientas bien para mejorar sus respectivas cadenas de producción o bien, incluso, para vender a terceros.

Este Centro de Fabricación Avanzada tendrá además la responsabilidad de convertirse en el paradigma de lo que la Junta de Andalucía quiere que se visualice como la ITI. Y es que Jiménez Barrios hizo ayer hincapié en que lo que tiene que diferenciar a esta Iniciativa Territorial Integrada de otras actuaciones a favor del empleo que terminaron fracasando estriba precisamente en la implicación de las principales empresas asentadas en suelo gaditano. "Aquí no se va a hacer lo que digan los políticos sino que el ritmo lo van a marcar las empresas tractoras. Ese hecho, junto con la unión de todas las administraciones, agentes sociales e instituciones implicadas, es lo que tiene que hacer que la ITI funcione", recalcó el vicepresidente de la Junta.

Todas estas inversiones de la ITI empezarán a ser realidad a partir del próximo año y su evolución será supervisada de manera periódica por una comisión de seguimiento que estará presidida por el delegado del Gobierno andaluz en Cádiz, Fernando López Gil.

Nadie sabe cuáles serán las frutos que se recogerán a medio o a largo plazo. La Junta, al menos, constató ayer sus intenciones. Y, claro, surge la pregunta del millón. ¿Cumplirá también con su parte el Gobierno de España? Jiménez Barrios fue rotundo: "Yo confío en la palabra que dieron los representantes del Gobierno", sentenció. Se refería así al posicionamiento firme que el pasado mes de abril adquirieron en la capital gaditana cargos estatales de indudable relevancia como la secretaria de Estado de Presupuestos y Gastos del Ministerio de Hacienda, Marta Fernández Currás, o el delegado del Gobierno andaluz en Andalucía, Antonio Sanz.

Si se visualizaba alguna grieta para distanciarse del Gobierno de Rajoy, Jiménez Barrios se apresuró a taparla. En ningún caso planteó ayer la más mínima crítica que pudiera molestar al PP. " La clave es que vayamos todos juntos por el bien de la provincia y no seré yo quien diga una palabra que pueda perjudicar a ese consenso", se sinceró.

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