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Provincia de Cádiz

La provincia registra un récord de renuncias de alcaldes en un mandato

  • La cifra de ocho bajas voluntarias de regidores habidas desde 2011 no se había producido antes

Resta aún más de un año y medio para que concluya el mandato corporativo iniciado en los ayuntamientos en junio de 2011 y pese al escaso tiempo transcurrido desde las últimas elecciones municipales la provincia ha registrado ya un récord de renuncias de alcaldes. La última dimisión voluntaria, la de Irene García en Sanlúcar, ha supuesto la octava baja entre los regidores de los 44 municipios gaditanos, una cifra jamás vivida en la provincia en los ocho mandatos anteriores que arrancaron tras la reinstauración de la democracia en los ayuntamientos en 1979.

Cierto es que el periodo corporativo actual, el que se inició en 2011 y acabará en 2015, no es de momento el que más relevos de alcaldes ha sumado en global en la provincia. Por ejemplo, el anterior (2007-2011) contabilizó hasta diez cambios de alcaldes. Sin embargo, la novedad estriba en que ninguna de las ocho dimisiones habidas en el último año y medio en el conjunto del territorio gaditano ha sido forzada por inhabilitaciones judiciales, por mociones de censura o por fallecimiento de la máxima autoridad municipal, un extremo este último que ya se vivió con anterioridad en Sanlúcar en 2006 y en San Roque en 2009.

Bien al contrario, todas las renuncias a las alcaldías contabilizadas desde junio de 2011 han sido voluntarias, incluida la de Francisco González Cabaña en Benalup-Casas Viejas porque, aunque es cierto que se vio presionado por su partido para renunciar a este cargo, también lo es que lo terminó haciendo al preferir un escaño en el Congreso de los Diputados a la Alcaldía que controlaba desde 1991.

En lo que concierne a las filas socialistas, además de la de Cabaña las otras dos renuncias han sido la de Ángel Acuña en Algodonales -dimitió para asumir otros cometidos en la Junta- y la de la secretaria provincial del PSOE, Irene García, que el pasado mes sorprendió a todos al dejar la Alcaldía de Sanlúcar para centrarse de lleno en el partido.

Más renuncias ha habido entre los alcaldes de IU, en concreto cinco. Son los casos de Antonio Roldán en Conil y de Manuel Cárdenas en Trebujena -ambos para asumir puestos de responsabilidad en la Junta-, el de Fernando Fernández en Olvera -para dedicarse a su labor docente- y el de Pedro Ruiz Peralta, que dejó la Alcaldía de Puerto Serrano acosado por la Justicia, aunque sin que hubiera previamente una sentencia firme de inhabilitación. Mención especial merece el caso de Isabel Fernández, que apenas estuvo 11 días como alcaldesa de Chipiona en junio de 2011 y que terminó rechazando el regalo de los concejales del PSOE, que en la sesión de investidura la votaron a ella para intentar así que no gobernara el PP.

No serán pocos lo que entiendan que el motivo principal de esta cascada de renuncias voluntarias de alcaldes puede estar en las dificultades actuales para regir los destinos de cada municipio, sobre todo por los problemas de liquidez para iniciar proyectos, realizar obras y mejorar la calidad de vida de los vecinos. Pero también llama la atención la poca disponibilidad que hay en la oposición de muchas localidades gaditanas a intentar arrebatar el poder al partido en el poder. Y el ejemplo más llamativo es que pese a que hay más de una decena de alcaldes gobernando en minoría, aún no se ha registrado una sola moción de censura en la provincia en lo que va transcurrido de este mandato corporativo, algo que sólo había sucedido antes en el periodo comprendido entre 1979 y 1983. Desde ese último año la provincia ha sumado 12 mociones de censura, aunque para encontrar la última, que tuvo lugar en Benaocaz, hay que remontarse hasta abril de 2009.

Lo curioso es que en estos dos años y medio desde la constitución de los ayuntamientos el 11 de junio de 2011 sólo ha habido una intentona medianamente seria de plantear una moción de censura, precisamente la que vienen mascullando las últimas semanas en San Roque el PA y el PP, aunque parece que está condenada al fracaso por la negativa de los ediles andalucistas a dar este paso. La opción de hacer lo propio en El Bosque también se difuminó rápidamente por el rechazo del PSOE a gobernar con los concejales escindidos del PP.

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