cádiz CREER CREAR 3 Capítulo III: Cultura

Ocupados por la Cultura

  • La Cultura es sin duda el sector económico menos aprovechado Su estrecha conexión con el turismo y con el ocio es fundamental para su desarrollo

En plena celebración del Bicentenario de la Constitución de 1812 el Ayuntamiento de Cádiz decidió imponer una tarifa para poder acceder a una de las grandes exposiciones que sobre la cultura latinoamericana se abría en la Casa de Iberoamérica. Era la primera vez que se tomaba esta medida.

Eso de pagar por ver una exposición tuvo una respuesta dispar entre los visitantes. Quienes aceptaban el abono y quienes ponían el grito en el cielo por tener que soltar uno o dos euros. Curiosamente, en este segundo grupo eran mayoría los gaditanos, mientras que quienes veían normal la medida eran turistas, acostumbrados a viajar y a conocer mundo.

Esta respuesta gaditana, que sin duda se puede trasladar con el mismo sentido al resto de las ciudades de la provincia, es el ejemplo más claro de la consideración que buena parte de la ciudadanía tiene sobre la Cultura, o sobre una parte de ella: algo que debe recibirse de forma gratuita como un derecho más del contribuyente, sin coste alguno.

Bajo esta premisa, es difícil situar a la Cultura como un sector más dentro del desarrollo de la economía de la provincia. Para tener esta consideración aún es necesario un cambio, radical, de la mentalidad de los ciudadanos, aunque si miramos fríamente las estadísticas y recorremos visualmente la provincia deberíamos de asumir que el de la Cultura no es un sector más en nuestra economía, si no que es un sector con un papel determinante dentro de la reactivación de la economía gaditana.

Al fin y al cabo hay que tener en cuenta que la Cultura está estrechamente relacionada con el turismo y con el ocio y, sobre todo con el primero, donde Cádiz tiene un papel relevante sobre todo si se busca un perfil de visitante con mayor poder adquisitivo y mayor nivel de educación, lo que se relaciona con un mayor interés por la visita a museos, centros arqueológicos, exposiciones, conciertos...

Hay que tener en cuenta que la incidencia de la crisis económica en el ámbito del consumo familiar ha sido devastadora y la Cultura, así, con mayúsculas, no es, para muchos, un objeto de primera necesidad y sí una inversión prescindible: se puede dejar de comprar un libro, acudir al teatro, visitar una exposición... pero no pagar la luz, comprar alimentos o vestirse.

El Barómetro Andaluz de la Cultura aporta datos más que elocuentes pues destaca que "la retracción en cuanto a servicios culturales está siendo más frecuente entre los varones y entre el grupo con 18 a 44 años de edad", donde mayor es la incidencia del desempleo, frente a un aumento de los mayores de sesenta años. El 56% de los encuestados reconoce que va menos al cine o a cualquier otro espectáculo mientras sí se incrementa el ocio casero. En todo caso, el mismo estudio revela que la visita a exposiciones y museos "sigue sin ser una opción significativa" en la vida cultural de muchos ciudadanos pues apenas el 17% acude a estos eventos.

Este impacto de la crisis en el sector de la Cultura se nota especialmente en el empleo. Durante 2011, el último estadísticamente cerrado, el sector cultural contaba con 5.130 personas trabajando en toda la provincia, lo que supuso un descenso del 5,40% respecto al año anterior. La cifra es la peor de toda Andalucía, siendo así nuestra provincia la que más tejido empresarial perdió durante este periodo, seguida por Granada y el doble del conjunto de toda la región. Frente a ello, el desempleo de solicitantes de puestos de trabajo relacionados con la Cultura se elevó a 4.207 personas. Jerez de la Frontera lidera los dos listados, aunque al contrario que la capital, que ocupa el segundo lugar, cuenta con más personas empleadas que paradas en este sector. No hay aún un análisis global del 2012, en el que es de suponer una mejoría en Cádiz ciudad debido a los actos del Bicentenario, pero sí un avance del primer trimestre de 2013 donde se detecta un leve crecimiento de la contratación, 0,97%, con 832 contratos realizados, el 75% hombres en el global de la provincia.

Hay otras cifras pintadas en rojo debido a la crisis: el número de espectadores a las salas de cine sigue a la baja: 2,2 millones durante 2012 frente a los 3,2 que acudieron a las salas gaditanas antes del inicio de la recesión. Incluso va a la baja la edición de libros, apenas 67 en el primer trimestre de 2013, la cantidad más baja de toda Andalucía. E incluso bajan los usuarios de la biblioteca provincial, aunque el gasto en este caso del usuario no solo es nulo sino que le supone un ahorro en la compra en las librerías.

A pesar de este panorama tan negativo, basado en las estadísticas, el Marco Estratégico Provincial de Desarrollo Económico, elaborado por la Diputación Provincial, coincide en el valor de la Cultura como sector donde apoyar una de las patas del crecimiento futuro, estrechamente relacionado con el mundo del turismo. Lo justifica basándose en diversas cuestiones: "La actual importancia económica del turismo cultural y su potencial de desarrollo; el impacto del turismo cultural en numerosos sectores de actividad (transporte, hostelería, construcción, comercio...), los distintos sectores de población que participan en la actividad turística-cultural, en especial los colectivos con mayor riesgo de exclusión como las mujeres, los jóvenes o los trabajadores sin cualificación; la existencia de empleos no cualificados, la contribución del turismo cultural al desarrollo local, con la diversificación de las zonas rurales y la revalorización de los centros urbanos como espacios contenedores de patrimonio cultural y su capacidad para generar de forma continuada incrementos en la productividad y en el empleo".

Lo cierto es que, si es difícil ser emprendedor en plena crisis en cualquier sector de la economía, más parece ser si el ámbito de actuación es el mundo de la Cultura. La Asociación Qultura, un colectivo privado que funciona en Cádiz, así lo considera. "Es comprensible que este sea el momento en el que las nuevas propuestas sean más necesarias, pero también lo es el más difícil para tomar iniciativas de crecimiento, dad la influencia de la crisis en la Cultura, que habitualmente se considera el sector más prescindible y, por lo tanto, el que es más víctima de los recortes". Se advierte desde esta asociación de la importancia de la aportación pública "contra la tendencia general de que todo debe autofinanciarse. La Cultura no puede prescindir del apoyo público, Si este no existiese desaparecería el 80% de la industria cultural". Se pone como ejemplo que el Museo Guguenheim, motor cultural de Bilbao, lograba en 2009 el 40% de sus ingresos en taquilla. Lo consideraban entonces un éxito, sin obviar que el resto, necesario para mantener el edificio abierto, era dinero público. Así, la Asociación Qultura apuesta por iniciativas públicas a la s que se puedan enganchar las privadas.

En todo caso, en los últimos años las administraciones públicas han construido o rehabilitado edificios para su conversión en equipamientos culturales. Las ciudades y los centros arqueóligos se han llenado de centros de interpretación, de museos, de salas de exposiciones o de centros culturales que en demasiados casos siguen vacíos y sin perspectivas de ponerse en marcha ante los recortes presupuestarios que sufren las administraciones. Administraciones que son incapaces de coordinar una política común, mancomunada, que permitiría reducir los costes.

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