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Bernando Álvarez. Embajador de Venezuela en España

"Queremos un nuevo acuerdo con Navantia pero desde otro enfoque"

  • "Venezuela busca tener su propia industria naval e invitamos a España a colaborar con nosotros en ese proyecto"

Suma 15 meses en el cargo pero en este tiempo Bernardo Álvarez, embajador de Venezuela en España, ya ha tenido tiempo de venir varias veces a Cádiz. Ayer, de la mano del diputado nacional socialista Francisco González Cabaña, llegó de nuevo a la capital gaditana para trasladar a empresarios y sindicatos la visión de Venezuela sobre la posible reedición de los acuerdos con Navantia. Y hoy por la mañana concluirá su visita con un encuentro con el rector de la UCA, a quien trasladará la posibilidad de crear un premio Francisco de Miranda a la investigación académica.

-Se reúne usted hoy (por ayer) con empresarios y sindicatos. ¿Está en disposición de trasladarles alguna noticia positiva en torno a nuevos contratos para la industria naval?

-Nosotros cerramos un acuerdo en su día con el Gobierno española para la construcción en la Bahía de Cádiz de siete buques militares. Y estamos muy contentos con el trabajo realizado. De ese acuerdo queda aún por construir un octavo buque allá en Venezuela, y eso está en proceso. El Gobierno venezolano hizo un esfuerzo muy grande desde el punto de vista económico y estratégico, porque aquella operación implicó mucha carga de trabajo en los astilleros y que hubiera más de 400 empresas involucradas. Y este esfuerzo, que evidentemente fue visible para los ciudadanos de la Bahía, no tuvo nada de eco en Madrid. No sabemos las razones pero se silenció, cuando nosotros entendíamos que hubiese sido bien importante que toda España conociera el nivel de cooperación de Venezuela con este país. Porque es que no es sólo en la industria naval. En 2005 firmamos otros dos acuerdos que permitieron por ejemplo que una empresa española de la importancia de Repsol pudiera operar en la faja del Orinoco, que es la reserva de hidrocarburos más importante del mundo.

-¿Y ese supuesto silencio del Gobierno español puede influir en las relaciones bilaterales de cara al futuro?

-No, no. Venezuela no cierra la puerta a nuevos acuerdos con España y con Navantia pero queremos darle un enfoque distinto. Nosotros queremos ahora desarrollar nuestra propia industria naval, porque el nuestro es un país con mucha costa, porque estamos impulsando la pesca, porque son necesarios más petroleros, porque hay requerimientos de nuestra Armada para contar con nuevos buques y porque nuestra idea es poder reformar barcos de otros países cercanos. Y para lograr tener esa industria naval se necesitan muchos años pero también mucha gente, conocimiento de empresas, tecnología, capacidades... Nosotros queremos invitar a España a colaborar en este proyecto industrial y por eso en la reunión de hoy (por ayer) queremos escuchar a la industrial naval auxiliar de aquí. De momento Venezuela está explorando cómo se puede plantear ese proceso de colaboración teniendo en cuenta las necesidades de aquí y de allí. No podemos ir más allá aún.

-¿Han empeorado las relaciones de Venezuela con España tras el relevo de Zapatero con Rajoy?

-Para nada. Toda relación es siempre mejorable pero no hemos notado ese cambio. Entre ambos países se mantienen unas relaciones económicas que son muy productivas, aunque es cierto que algunos medios de comunicación parecen obsesionados con presentar unas relaciones basadas en la confrontación cuando no es así. Las relaciones son muy normales.

-Concluidas las elecciones en Venezuela llama la atención las pocas voces que desde el exterior hayan puesto en duda la limpieza del proceso...

-Limpieza en el proceso siempre la hubo. Pero estas elecciones creo yo que aportan dos novedades. La primera es el gran esfuerzo que ha hecho Venezuela por desarrollar su sistema democrático. El mejor ejemplo es que cuando llegamos al Gobierno había un 20% de no inscritos en el régimen electoral y hoy sólo es el 2%. Y la segunda novedad es que la oposición ha decidido que el camino que tenía que seguir era el de la democracia. Las voces que auguraban un escenario de violencia, confrontación y deslegitimación de la victoria han quedado afortunadamente muy disminuidas en la oposición.

-Hugo Chávez se ha encontrado por vez primera con una oposición muy compacta. Eso le da más mérito a su victoria, ¿no?

-Era una oposición más compacta e, insisto, más democrática. Pero nosotros sabíamos de antemano que Chávez ganaba. Se veía en las encuestas y, sobre todo en la calle. Lo que nos parecía impresionante era comprobar esa obsesión casi psicópata de algunos medios extranjeros, incluso de España, por vender que en Venezuela podría haber un empate e incluso una derrota de Chávez. Todo entraba dentro de esa campaña despiadada de algunos contra el presidente. Pero al final la realidad habló de una victoria indiscutible.

-¿Cuál es el actual estado de salud de Chávez? Se lo pregunto porque hay quien ya ve a Nicolás Maduro como su sucesor.

-El presidente está bien y el mejor ejemplo es que ha aguantado bien la campaña, que ha sido muy dura, sin dejar en ningún momento la dirección del Estado. Él jamás va a mentir a su pueblo sobre su estado de salud. Afortunadamente en Venezuela hay una dirección cada vez más colectiva. Hay muchos, entre ellos Nicolás Maduro, que tienen las condiciones para afrontar cualquier situación en cualquier momento. Pero el presidente Chávez dice siempre que tiene una tarea que cumplir con su pueblo y que esa tarea aún no ha acabado.

-El Gobierno de Venezuela y el propio Chávez no habían confirmado aún su presencia en la próxima Cumbre Iberoamericana de Cádiz precisamente por ese proceso electoral interno. ¿Hay ya un veredicto?

-No, aún no, pero la decisión se tomará en cuestión de días. En Venezuela se está evaluando el nivel que tendrá la Cumbre, cuál va a ser la representación de los países, y a partir de ahí decidiremos. Lo que sí hemos planteado ya es la necesidad de que haya un debate estratégico. Queremos hablar sobre dónde está el mundo, dónde está América Latina y dónde esta Europa. Tenga en cuenta que la América Latina de hoy está viviendo un momento estelar desde el punto de vista integracionista, con la creación de multitud de organismos que están uniendo a países que antes estaban muy distanciados por su ideología. Hoy abordamos en común problemas energéticos, estratégicos, de defensa, de derechos humanos y queremos que esa posición estratégica de América Latina para con países como España o Portugal sea abordada en la Cumbre.

-¿Qué puede enseñarle Sudamérica a Europa para superar la crisis económica que azota a casi todos los países de este continente?

-A nosotros los venezolanos no nos gustan que nos den lecciones y tampoco estamos nosotros para darlas. Pero sí es cierto que hay una experiencia anterior y es bueno que la compartamos. Hace unos 20 años hubo una crisis durísima en toda América Latina, también en Venezuela, y eso provocó ajustes económicos, la destrucción de la capacidad productiva, el repliegue del Estado, que se transnacionalizara la economía y que crecieran los monopolios. También hubo una gigantesca crisis financiera y el Gobierno venezolano de entonces puso mucho dinero para rescatar a esos bancos, lo que trajo consigo un gran saldo social: la pobreza extrema creció a más de un 20% y la pobreza en general llegó al 50%. Y la recuperación pasó por tomar distancia de los programas de ajuste del FMI, que nos parecen desastrosos. Países de la importancia de Argentina o Chile se salieron de ahí y todos asumimos una política proactiva de mantener cierta disciplina monetaria pero facilitando que nuestras economías crecieran valorando nuestras materias primas para poder así ir saldando nuestra inmensa deuda. La conclusión fue que en Venezuela, con 27 millones de habitantes, hemos logrado sacar de la pobreza extrema a 5 millones de habitantes.

En comparación con la crisis que está padeciendo España, nos preocupa que la misma termine afectando a su sistema de Seguridad Social, que es admirado desde el exterior. Y lo que nos sorprende es que haya tanta gente que esté perdiendo su vivienda. Eso mismo pasó en Venezuela y mi Gobierno asumió un coste social al dar un subsidio especial a los propietarios de esas viviendas para que pudieran hacer frente a la subida de las tasas de interés. Y yo me pregunto; ¿por qué no se puede hacer eso en España para equilibrar los costes y que no paguen los que no son responsables de una crisis originada por los bancos?

-¿Cómo va a seguir el Gobierno de Venezuela las inminentes elecciones en Estados Unidos? ¿Con indiferencia o con temor a una victoria de Romney?

-Respetaremos la decisión del pueblo estadounidense, como no podía ser de otra manera. Pero el presidente ya ha mostrado su temor a la posibilidad de que llegue a la Casa Blanca alguien que intente reeditar esa antigua política de guerra fría con América Latina que terminó siendo derrotada por los hechos. Nosotros lo que queremos son relaciones de respeto mutuo con todas las naciones, también con Estados Unidos.

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