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tribuna

Antonio Romero Haupold / Presidente De La Asociación De Concesionarios De Automóviles De La Provincia De Cádiz (ACOAUTO)

Un webtorpe en Silicon Valley

¿Te consideras un webtorpe? Si es así, este artículo está dedicado a ti, que ni sabes ni te interesa tener buena reputación en Quora, fotografiar compras con ShopSavvy o probarte ropa en Fashim. A ti y a todos los que, cuando le preguntan qué es un nativo digital, la primera definición que se te pasa por la cabeza es la de "indio de dedos largos". El origen y la inspiración de esta tribuna está en una visita a Silicon Valley de la que vengo absolutamente convencido de que estamos en el albur de una nueva revolución digital ¿Otra vez? ¿No pasamos ya la fiebre de las puntocom y al final todo terminó en un bluff? Pues sí, pero esta vez será de verdad. Los precios de las empresas de Internet se están disparando. ¿Otra burbuja? Lo dudo. La primera burbuja explotó porque los mercados valoraban las puntocom en base a expectativas que no se cumplieron. Pero en esta ocasión las empresas están siendo valoradas por el dinero que están facturando. Facebook facturó el año pasado más de dos mil millones de dólares y, de ser un país, sería hoy el tercero del mundo en número de habitantes, después de China e India. Por eso, por la importancia que esto va a tener para todos en poco tiempo, me gustaría destacar algunas ideas de este viaje que me han parecido especialmente interesantes, a fin de intentar convencerte a ti, compañero webtorpe, de que tenemos que cambiar pronto o no tendremos futuro en un nuevo mundo en el que triunfarán los nativos digitales. A partir de ahora, no vamos a poder conocer, trabajar o, simplemente, vivir sin estar permanentemente conectados a Internet. El conocimiento ha cambiado. A partir de ahora nuestro problema no va a ser no saber, sino saber demasiado: la saturación de información. Hoy en día, simplemente leyendo el periódico, recibimos más información durante un fin de semana que una persona instruida del siglo XVI durante toda su vida. El flujo de información se va incrementando día a día. Para filtrarla, entenderla, controlarla se hacen necesarias las nuevas herramientas de Internet, o estamos perdidos. Y eso terminará transformando a los webtorpes de hoy en los analfabetos del siglo XXI. El último ejemplo de esto es el Quora, una especie de Facebook del conocimiento donde haces una pregunta y es respondida por especialistas que aumentan su reputación virtual por la calidad de su respuesta... ¡y funciona de narices!

El trabajo también ha cambiado. El futuro de los negocios pasa por Internet. Un ejemplo que va a poner los pelos como clavos a los comerciantes es ShopSavvy. Fotografías una etiqueta con tu teléfono y recibes una lista de los sitios más cercanos donde tienes el mismo producto y su precio. Otro ejemplo, este para los restauradores, es Yelp: 150 millones de personas escribiendo valoraciones de restaurantes y lugares de ocio y entretenimiento. O tienes una buena reputación en Yelp o estás muerto. El último, Groupon: te mandan cupones de descuento para tiendas y restaurantes de tu zona y tiene un éxito fulminante en USA, a pesar de la crisis. Hasta la forma de vivir ha cambiado. Uno de cada ocho matrimonios americanos se ha conocido a través de Internet. En San Francisco, la proporción es uno de cada cuatro. Es decir, que uno de cada 4 hijos está conociendo en este momento a su futuro marido/esposa por Internet... como para no tomárselo en serio. Sí, conocimiento, vida y trabajo cambian. Pero ¿Por qué se está disparando exponencialmente el consumo de Internet? El catalizador de este cambio es el teléfono móvil, la tableta digital. Todo el mundo tiene acceso al conocimiento de Internet siempre, en cualquier lugar y de manera sencilla. El futuro ya está aquí y más vale que nos lo tomemos en serio. Obviar estas nuevas reglas de juego, puede traer consecuencias nefastas. Un buen ejemplo de menosprecio digital lo protagonizó la empresa Mango. Tenía un bloguero indonesio que hablaba de la marca y que llegó a tener millones de seguidores, muchos más que la página oficial de la propia marca. Como no podía acabar con él, le amenazó y luego compró el sitio entre coacciones de abogados. Eso sentó fatal a los internautas que se mudaron a la nueva página que creó el bloguero. A la marca le costó millones y al final, tuvieron que pedir perdón públicamente. Otro ejemplo, el de Gap. Hizo un churro de concurso en Internet para cambiar su logo. Como resultado, cambiaron el logo por otro feísimo. Nuevamente arreciaron las críticas de los internautas y terminaron como los de Mango, pidiendo perdón, después de costarle mucho dinero. Pero el mejor ejemplo del poder de la red fue el protagonizado por United. La compañía aérea le rompió la guitarra a un músico. Como venganza, éste compuso una canción -"United breaks guitars"- y la colgó en Internet. Después del récord de descargas en Youtube esta empresa también terminó pidiendo perdón... y perdiendo más de 150 millones de dólares. No se pueden ignorar estas nuevas reglas. Internet es un arma que la carga uno mismo. Y, lo que ya resulta del todo increíble, es cómo se han podido derrocar los gobiernos del norte de África con la ayuda de Internet. Mubarak y Gadafi han aprendido a deletrear la palabra Twitter mejor que la palabra Kaláshnikov.

En definitiva, creo que he podido darte muchas y buenas razones para animarte, amigo webtorpe, a que des el paso y entres a formar parte de este nuevo mundo que nace ante nosotros a una velocidad increíble. Sigue mi consejo y no rechaces ser parte de la red hoy, o puede que sea ella la que te rechace a ti mañana.

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