Jornada de puertas abiertas

No Sin Música arranca con fuerza

  • Antes de las doce de la noche más de 5.000 personas disfrutan de la jornada de puertas abiertas.

Al suroeste le pone el rock and roll. Levanta las faldas, revuelve los cabellos. Le va la marcha, al tío. Hace de las suyas entre el público del Muelle Ciudad, que abre sus puertas a gaditanos y foráneos  para dar la bienvenida a la cuarta edición del festival No Sin Música en una noche ecléctica, con mensajes muy críticos y, cómo no, muy rockanrolera, tal y como se anunciaba con el nombre de Vinila Von Bismark.  

El poniente quiere entrar a empujones. Más tranquilo se muestra el público en el acceso al recinto. Más de 5.000 personas desde las siete de la tarde, cuando el Puerto abrió sus puertas, hasta poco antes de las doce la noche. Un número que crecería, como el pasado año, durante la madrugada con los djs. 

 

La “inigualable”, “hipnótica”, “misteriosa” Vinila Von Bismark, como la presentaba su banda, bajaba de escena antes de cumplirse la hora bruja. Tras de ella, canillas temblando aún impactadas por la sinuosidad de la diva de Peligros que no se achanta ni ante el Pena, penita, pena de Lola Flores, ni ante el mestizo Habibi Twist, ni ante su entrada –una auténtica bajada a los infiernos tarantinesca– con gasa roja y penacho de plumas para vestir a su aclamada Snake.

 

Jadeante y provocativa, la intéprete granadina fue la estrella del cartel aunque buena parte del respetable ya había tomado antes posiciones para saltar con dos reclamos locales, la FRAC y Los Vivos. Los raperos atípicos y los festeros de “casapuerta y patinillos” (eso dicen ellos pero son mucho más) demostraron que el humor y la crítica social no está reñida. Dando duro. Más amables, los segundos; a cuchillo, los primeros, supieron mantener la atención de los variopintos espectadores (suele ocurrir en eventos de entrada libre) que también se tomaron su tiempo para curiosear entre las zonas de juego, las foodtrucks, las tiendas oficiales y las barras que amenizan el No Sin Música.

El abuelte le dice a la abuelita, “llevan razón los chavales” ante una de esas letras satíricas de la FRAC. El papá con los nenes baila la rumba fresquita que le proponen Los Vivos. Y Pablo, que vive en China pero que es de Cádiz y se casa mañana, Pablo, que ayer creía que iba a cenar con sus colegas, va disfrazado de gamba y lo baila todo. 

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