'Up around the bend' 

Fotografía. Christian Lagata. Sala Kursala del Edificio Constitución,  Puede verse hasta el 12 de junio.

Christian Lagata tenía 15 años cuando pisó el poblado de la Base de Rota. Cuando atravesó la valla hacia esa otra dimensión de un mismo espacio condicionado por dos formas de entender la vida. La noteamericana y la española, desde este rincón del sur donde el artista jerezano se crió, siempre en el lado español de la historia.

El resultado de esta experiencia vital trasciende a la profesional con un proyecto que Lagata inició cuatro años atrás en búsqueda de respuestas a su propia vida, y que ahora se exhiben en la muestra fotográfica Up around the bend, que hoy se inaugura en el espacio Kursala del Edificio Constitución de la UCA.

Un trabajo que reflexiona sobre la influencia cultural, política y social de este particular entorno en su vida y la de quiénes le rodean. Sobre la estela yanki en su propia trayectoria. Así lo narra su autor a través de la fotografía propia y de otros intervenidas por él -apropiacionismo-. Imágenes en blanco y negro y en color que trasladan a la Kursala el concepto del fotolibro comisariado por Jesús Micó, cuyo proceso aguarda un profundo trabajo que comenzó en Madrid.

"2011 fue un año de cambios en mi vida, me vine a vivir a Madrid y me ayudó a ver las cosas desde otra perspectiva. Comencé a cuestionarme muchas cosas, a visualizar a mi familia y a mí mismo desde fuera", explica. Esta inquietud le llevó por esta búsqueda de respuestas, que inicialmente obtuvo de su madre y allegados, y los motivos que llevaron a su familia a este destino. Una decisión que sus progenitores tomaron en los años 70 atraídos por la diversión y el trabajo. Y es que en Rota existía una discoteca llamada April y todos los discos que lanzaban en USA -incluido los prohibidos-llegaban rápido. "Mi padre comenzó a importar vehículos norteamericanos y se alquilaron una pequeña casa en la playa colindando con la valla de la Base". Y aquí comenzó todo. El punto de partida de su investigación, basada en la forma en que conviven en un territorio dos culturas "aparentemente diferentes". Y dice aparentemente porque a fin de cuentas "comparten gustos y aficiones".

Con estas premisas comenzó a fotografiar y a documentarse sin pensar en los límites que le supondría la propia valla. "Un día fotografiando el interior aparecieron cuatro patrullas de la policía militar norteamericana".

Decidió buscar soluciones legales que encontró en el denominado apropiacionismo. "Un día en Madrid, durante la visita de un amigo de Rota que trabajaba como militar -con quien daba vueltas en su Ford Mustang escuchando precisamante temas como el de Up around the bend-. Tuve un momento de lucidez. Miraba el móvil y vi claro que así podía acceder a la Base". A través de un móvil, de redes sociales, de paginas oficiales. Consultó la forma de traer esta información a su terreno, "interviniendo imágenes, respetando la fotografía tomada inicialmente y añadiendo un pequeño retoque que recordase a esas capturas de pantalla, a las imágenes comprimidas en baja calidad, haciendo hincapié en la pantalla del pc, de la tablet o del móvil como medio de información a gusto del consumidor", explica.

Un proyecto, una metodología que fue perfilando y madurando de la mano de Jesús Micó y su propuesta para Kursala. Comenzó a trabajar su fotolibro con Walter Costa, Víctor Garrido, Gonzalo Golpe y Alberto Salván. Un libro copublicado con Fuego Books, que ahora toma las paredes de la sala gaditana con grandes fotografías propias en blanco y negro, y usando el color en marcos digitales estableciendo esas capturas que ha hecho propias, con su propia intervención. Así mantiene el mismo diálogo de un proyecto complejo con el que cierra artísticamente esta anterior etapa de su vida.